La personalidad es una organización dinámica de los sistemas psicofísicos que determina una forma de pensar y de actuar única en cada sujeto en su proceso de adaptación al medio. Esta tiene cierta estabilidad a lo largo de la vida y la manifestación de estos patrones de estabilidad en diferentes situaciones permiten conocer su predictibilidad. Pero ¿Qué pasa cuando esta está alterada?
Los trastornos de personalidad son una clase de trastorno mental que se caracterizan por la presencia de patrones de pensamientos, desempeños y comportamientos marcados que generan un gran malestar. Una persona con una alteración de la personalidad tiene dificultades para percibir y relacionarse con personas y situaciones novedosas lo cual genera problemas y limitaciones en todas las áreas de funcionamiento.
Estos trastornos se dividen en tres grupos, los cuales son:
las personas que posee un trastorno de personalidad del grupo A se describen como retraídas, frías, suspicaces o irracionales. En este grupo encontramos los siguientes trastornos de personalidad: paranoide, esquizoide y esquizotípico
Las personas afectadas por este grupo de trastornos de la personalidad tienden a ser melodramáticos, susceptibles y a buscar atención; sus estados de ánimo son lábiles y con frecuencia superficiales. En diversas ocasiones poseen conflictos interpersonales intensos. En este grupo encontramos los siguientes trastornos de personalidad: antisocial, limítrofe (borderline), Histriónico, narcisista.
Una persona que posee un trastorno de personalidad del grupo C tiende a mostrarse ansiosa y tensa, con frecuencia con un control extremo. En este grupo encontramos los siguientes trastornos de personalidad: evitación, dependiente, obsesivo-compulsivo.
Es importante recordar que todos los seres humanos tenemos rasgos de personalidad que se engranan con nuestras situaciones de vida y nos permiten un sano funcionamiento. Sin embargo, en los trastornos de personalidad estos rasgos se han vuelto rígidos, lo que genera una desventaja a la hora de interactuar con el medio que nos rodea y compromete nuestro funcionamiento. Son patrones que se han mantenido a lo largo de la edad adulta y se pueden reconocer en una persona durante un tiempo prolongado.
Actualmente, estos trastornos pueden ser tratados bajo atención psiquiátrica y psicológica mediante tratamiento psicoterapéutico. Si siente que algunas de estas características mencionadas se relacionan con tu personalidad, recuerda que puedes consultar con un especialista de la salud mental para que pueda evaluar adecuadamente tu personalidad y descartar la existencia de unos de estos trastornos.
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