El estado emocional que carga y moviliza la energía en una persona para responder a una situación amenazante se le conoce como rabia. La rabia se puede manifestar desde el enojo, la ira, el enfado, la frustración y la agresión. Así como con otras emociones, esta viene cargada de cambios biológicos y fisiológicos, como la presión arterial, aumento del impulso cardíaco y el incremento de los niveles de noradrenalina y adrenalina.
La rabia es un sentimiento que corresponde a los seres humanos, aunque culturalmente se le cataloga como una emoción negativa o mala. La rabia está dentro de las emociones que se consideran básicas, tales como amor, tristeza, alegría, poder, rabia y miedo lógico. Esta aflora tras un miedo existencial en conjunto a la tristeza y el miedo lógico.
La rabia, es una de las emociones que origina una gran energía que se moviliza en una persona, no es la única emoción que logra esto en los seres humanos. Esta emoción también la experimentan los animales y se basa en lo mismo, protección. La rabia nos ayuda a detener agresiones, defendernos, cortar malas relaciones y movilizar nuestra energía.
Solemos buscar el equilibrio en el sentido de justicia y en las relaciones, así mismo tiene para las personas una función social. La rabia puede ser una emoción saludable, con la que podemos buscar percibir la realidad y la verdad. Ahora, si usamos esta emoción anclando al pasado o anticipando al futuro, no nos brindará ayuda y, por el contrario, se convertirá en una gran molestia.
En la búsqueda del equilibrio y la justicia en las relaciones que nos lleven al apoyo y al respeto mutuo. Es importante que en cualquier tipo de relación, sin interesar la profundidad de ella, se necesita que ambas personas sepan practicarlas. Para poner en práctica esto, es necesario la energía y permitir que se manifieste constantemente, en una dosis de equilibrio. Reprimirla o prohibir sólo nos traerá explosiones que nos pueden causar daño.
Se puede utilizar la rabia en situaciones sociales, ya que tiene una fórmula para ser utilizada adecuadamente. Por una primera parte, la fórmula consiste en manifestar una crítica o queja sin usar reproches y sin levantar el tono de voz hacia otras personas. Por otra lado, la segunda parte de la fórmula demuestra una alternativa y es la forma correcta en la que se debe actuar.
Normalmente utilizamos la rabia para expresar, aleccionar lo que otra persona debería hacer o sencillamente para quejarnos. Aún así, debemos mezclar en el orden correcto y en ambas partes, lo que buscamos en frente, seguido de una alternativa. La rabia corta, sin extenderse ni dar explicaciones, al comienzo nos puede causar miedo, no nos gusta ser mal educados con otras personas, pero si no aprendemos a poner freno, las demás personas no invadirán o atacarán y nos hará sentir peor.
Todas las emociones nos ayudan, aunque solemos distinguirlas en negativas o positivas y esto sólo hace referencia al sentimiento o sensación que desde un comienzo nos produce. Las reacciones siempre son positivas, porque esto nos ayuda a la resolución de conflictos, mejorar nuestras relaciones y obtener soluciones. Como mencionamos, cada emoción tiene su función y, por otra parte, de esto serán disfuncionales.
La tristeza está relacionada con el duelo y a la pérdida, la rabia al miedo o a justicia ante futuras amenazas. Si cambiamos, el sentimiento de rabia cuando se pierde algo o el miedo ante la presencia de un ataque verbal, no tendremos la capacidad de solucionarlo y tendremos otras emociones como la frustración o la culpa. Utilizar cada emoción de una manera adecuada nos lleva a la admiración y al orgullo propio.
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