Desde la psicología experimental se habla de seis emociones básicas o primarias que son la alegría, la tristeza, la ira, el asco, la sorpresa y el miedo. Cada una de ellas cumple su función en nuestras vidas y por eso deben ser parte de nosotros y debemos agradecer que estén ahí. Se ha demostrado en estudios que el miedo ha sido fundamental para nuestra supervivencia ya que es el que nos avisa de los peligros en nuestra vida.
Todos tenemos miedos, no hay que sentirse mal, ni diferente, ni débil porque es totalmente natural y humano. Sin embargo, cuando el miedo se vuelve disfuncional hay que tratar de trabajar en ello para poder fluir en la vida sin tanto bloqueo, para atrevernos a hacer las cosas que tanto deseamos y disfrutar de nuevas situaciones o simplemente para poder vivir el día a día en paz.
Para saber si es un miedo importante a trabajar puedes empezar haciéndote estas preguntas: ¿cómo afecta este miedo en mi día a día? ¿es un miedo real o imaginario? ¿Es un miedo que me paraliza en extremo? ¿Quiero superarlo? ¿Necesito ayuda para superarlo? Con el miedo podemos decidir quedarnos en la impotencia y el sufrimiento o llenarnos de valor y afrontarlo. Tú decides.
La mayoría de miedos y fobias los aprendemos desde pequeños, ya que entre los 0 y 7 años somos como esponjas que absorbemos todo lo que oímos, vemos y nos enseñan. Muchos de estos miedos son solos transmitidos por nuestros padres o cuidadores y no realmente por algo que nos haya pasado; es bueno tomar conciencia de esto y también definir cuáles son por traumas propios de nuestra vida para saber cómo poder afrontarlos de una manera más adecuada a cada uno de ellos.
El miedo no desaparece con el tiempo, solo se va al afrontarlo.
Recuerda pensar positivamente y confiar, todo está ahí por una razón y todo tiene solución si así lo deseas y lo trabajas.
Si sientes que tus miedos te detienen en tu vida contaca conmigo y ¡lo arreglaremos!
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