En muchos países la llegada del otoño es muy placentera y se disfruta al máximo. Sin embargo, muchas personas padecen los efectos del cambio de estación cuando llega el otoño pues los días se hacen más cortos y el verano se pinta de colores grises y fríos.
El cerebro humano es muy sensible a las variaciones del clima, por ello las personas experimentan problemas con sus estados de ánimo al comenzar el otoño. La llegada de esta estación afecta de manera negativa cualquier situación que una persona pueda estar viviendo bien sea en el ámbito personal, familiar o profesional.
La astenia otoñal puede pasar de ser una simple debilidad de más o menos una semana a ser un trastorno más agudo. En algunos casos estos trastornos no son superados por las personas durante en otoño y son arrastrados hasta el invierno, llevando este tipo de trastorno a episodios depresivos más graves. Es importante resaltar que las personas con trastornos preexistentes, empeoran sus síntomas con los cambios de estación.
Este tipo de trastorno afecta a ancianos, adultos y niños por igual. Teniendo una mayor intensidad en los ancianos y niños. Tiene una duración corta, que depende de la rapidez con que la persona se amolda a los cambios de clima, horarios y duración del día.
Entre los síntomas que presenta una persona con astenia otoñal se puede mencionar la pérdida de interés en sus actividades diarias, irritabilidad, tristeza, apatía, alteraciones del sueño, necesidad de comer más, de dormir más, poca energía, problemas de concentración, dificultad para tomar decisiones, poca motivación, una disminución de la motivación para realizar sus actividades cotidianas y pensamientos pesimistas en cuanto al presente y el futuro.
Principalmente este trastorno tiene su origen en factores sociales y genéticos, por el clima y alteraciones cardiacas. Las variaciones de los cambios de estación afectan en mayor o menor proporción de manera diferente a las personas., Las alteraciones de la luz afectan el metabolismo del neurotransmisor melatonina y reduce su proceso de secreción.
Para disminuir los efectos del cambio de estación es importante conservar los horarios y hábitos para dormir, exponerse por periodos de tiempo cortos y con protección adecuada al sol, dar un paseo diario, realizar actividades físicas o deportivas, incorporar una alimentación balanceada a la dieta diaria.
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