Características del terapeuta en la terapia de aceptación y compromiso

La terapia de aceptación y compromiso (ACT) tiene como objetivo generar flexibilidad psicológica, a través de la aceptación de la experiencia que causa dolor y sufrimiento sin intentar hacer nada por cambiarlo, permitiendo la desvinculación de los eventos privados y del compromiso con acciones en concordancia a los valores que guían la vida del individuo.

Esta terapia tiene unos procesos centrales: El contacto con el momento presente, la aceptación, la defusión cognitiva, el yo como contexto, los valores y la acción comprometida. Adicional a esto, es importante que los terapeutas tengan en cuenta una serie de elementos para que la terapia se desarrolle de la mejor manera, puesto que, la relación terapéutica es un punto clave en el proceso.

Elementos a tener en cuenta 

• Los profesionales deben tener la capacidad de trasmitir los conceptos de ACT al paciente, así mismo, debe existir congruencia de estos en la vida del profesional. Es decir, ser capaz de aplicar esos términos en su propia historia, renunciar a la literalidad y fusión del lenguaje y acercarse con actitud de apertura y aceptación. 
• Aproximación a los eventos que se evitan. Para poder trasmitir esta habilidad, el terapeuta debe estar dispuesto a aproximarse a esas cosas que evita en su vida. Así como el paciente debe estar dispuesto a hacerlo, el terapeuta debe estarlo también. 
• Tomar una perspectiva de observador. Los profesionales muestran interés genuino en el momento presente, es decir, lo primordial es la experiencia durante las sesiones, prestar atención a los contenidos que manifiesta el paciente, para poder guiarla con base a esto. 
• La dimensión humana en las sesiones terapéuticas es un elemento clave, ya que los profesionales no consideran a los pacientes como etiquetas diagnósticas, por el contrario, se considera como un individuo que lucha con las mismas cuestiones como lo haría el terapeuta.
• La relación terapéutica se basa en la flexibilidad. El terapeuta está abierto a establecer una relación abierta, coherente y consiente, basada en los principios de ACT.
• Las intervenciones no solo se basan en las metáforas, paradojas o ejercicios experienciales, es ir más allá y realmente comprender el mundo del paciente.
• El paciente y el profesional van hacia el mismo objetivo, por lo que, debe existir un sentimiento de equidad entre las dos partes.
• El terapeuta no es visto como un experto, solo es un observador. 
• No solo se ayuda al paciente con sus vivencias internas, también se da un espacio para el terapeuta de vivir su propio proceso.

Tomando en consideración lo anterior, la relación terapéutica es un punto clave en ACT, tener en cuenta estos elementos permitirá que la terapia se desarrolle de una mejor manera, que exista adherencia y que se puedan ver resultados positivos.