Los niños que presentan una conducta agresiva, es una clara señal que necesitan ayuda para controlar sus emociones. Las personas adultas debemos estar muy al pendiente de los niños, si nos percatamos que tienen una conducta distinta a la habitual, lograr descubrir qué les ocurre y el porqué, de esta manera, podremos ofrecerle nuestra ayuda mostrándoles modelos respetuosos de comportamiento.
Si una persona se siente insegura tratara de defenderse, esto pasa igual con los niños, sienten una autoestima baja, miedo o imitan actitudes y comportamientos de un adulto que tiende a reaccionar de forma violenta y agresiva. Mantener la convivencia en paz para un niño debería ser el primer derecho a respetarles, si no existe paz, todo lo demás no se podría sostener.
Los padres preocupados realizan consultas habituales, por el comportamiento y actitud agresiva de sus hijos. Para saber si estamos ante la presencia de un niño con comportamientos agresivos y violentos, debemos estar atentos a las siguientes conductas:
Esta situación de agresividad en los niños puede ser síntoma de muchos problemas y que pueden ocasionar diferentes condiciones psiquiátricas en el menor. Estas diferentes conductas son condiciones por problemas médicos y circunstancias de la vida, y justamente es lo primero en determinarse, qué causa esta conducta en los niños. Las causas de la agresión en niños se pueden analizar en varios grupos:
Psicosis: este tipo de enfermedades psicóticas pueden expresarse a través de la agresión. Un ejemplo de ello, son los niños que padecen de esquizofrenia, con frecuencia responden a estímulos internos que podrían expresar de forma perturbadora, se vuelven desconfiados, paranoicos y reaccionan con golpes por su propio miedo.
Trastornos en el estado de ánimo: los niños que sufren de bipolaridad, generalmente, se tornan agresivos mientras están en etapa maníaca. Suelen volverse impulsivos y pierden su autocontrol, cuando se deprimen pueden volverse irritables, pero la agresión es menos común, esa irritabilidad y mal humor puede desencadenar que los niños presenten estallidos.
Impulsividad: estos son trastornos de conducta disruptiva, los más comunes son la mala toma de decisiones y la impulsividad, estas pueden llevar a actitudes que se consideran erróneamente como agresión. Es frecuente ver en estos casos, que el niño no toma consideración de sus acciones, lo que le hace ver como malicioso o insensible, cuando realmente no está pensando.
Trastorno de conducta: la agresividad es parte fundamental del trastorno de conducta. Los niños con trastorno de conducta, a diferencia de los niños que no consideran sus acciones, son maliciosos intencionalmente.
Frustración: los niños que presentan dificultad con la cognición o deterioro intelectual, y la comunicación pueden igualmente manifestar agresión. Cuando un niño frustrado se torna agresivo, frecuentemente lo hacen como consecuencia de la incapacidad de manejar su frustración o ansiedad y no logran expresar sus sentimientos verbalmente.
Lesión: algunas veces existen razones biológicas que ocasionan estallidos de agresión, esto sucede cuando un niño presenta daño en el lóbulo frontal o ciertos episodios de epilepsia. En estos casos, no es comprensible un episodio agresivo y más bien podría presentar un componente explosivo.
Trauma: existen momentos donde la agresión de los niños es causada por situaciones estresantes y no representa una enfermedad emocional de importancia. Siempre y cuando se entienda, que si se presentan signos de agresión, pueden ser por problemas emocionales y sobre todo, cuando los episodios de agresión en un niño se presentan con mayor frecuencia.
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