Cómo afecta una infancia difícil a las relaciones adultas

Todos de alguna u otra manera  pasamos por situaciones que nos causan traumas durante la infancia y que dejan huellas  profundas y particulares en la mente de cada persona que en la vida adulta nos afectan.  Entre los problemas que pueden generar traumas se puede mencionar inseguridad, baja autoestima,, dependencia afectiva, relaciones abusivas, acoso escolar o bullying y la falta de afecto, entre otros. 

Cada situación o experiencia vivida durante la infancia es determinante para el buen desarrollo emocional y fomentar las bases de un bienestar psicológico en nuestras vidas. Para muchas personas con un pasado lleno de heridas la vida presente está totalmente condicionada. 

Aquellos episodios, imágenes, situaciones siempre encuentran la manera de regresar a nuestra mente y estar presentes en nuestros recuerdos. El hecho de pasar por situaciones difíciles o traumas en la infancia es algo muy común que genera una extensa y compleja sombra durante la vida aumentando la posibilidad de padecer trastornos psiquiátricos o problemas para relacionarse o vincularse con otras personas.   

Durante la etapa de la infancia y adolescencia se sientan y fomentan las bases de la identidad de cada persona que continúan desarrollándose en la edad adulta, por ello, esos pilares de seguridad, confianza, amor, ilusión, capacidad deben ser afianzados de manera sólida por nuestros seres queridos en la infancia. 

Cuando el proceso de crecimiento ocurre en un ambiente amenazado, con angustia el desarrollo del cerebro se ve afectado y no es posible consolidar una identidad fuerte, optimista y seguro que en el futuro afectará la edificación de relaciones sólidas pues es muy difícil establecer lo que se quiere o no y hay un vacío que ninguna persona puede llenar. 

Esa sensación de vacío viene desde la niñez y hace a la persona pensar que algo falla y que le falta algo. Pensando además, que es otra persona quien va  llenar ese vacío y reparar lo que está dañado en él o ella. Toda esta situación hace muy complicado tener relaciones que sean sólidas, resultando normalmente frustración y nuevas heridas por la tolerancia a manipulaciones, engaños, muchas veces toleradas por no querer estar solas y llenar sus vacíos.

Cuando se tienen problemas en la infancia se ven muy afectados los procesos de apegos que en la edad adulta puede generar los siguientes problemas: 

Apego inseguro o evitativo: Es aquel donde la persona prefiere mantener su independencia y soledad para evitar salir herido ante una relación, existe la falta de confianza, frialdad y la incapacidad de amar  plenamente a otra persona para no sufrir. 

Apego ansioso: en este caso la persona tiene una necesidad absoluta de relacionarse con otra persona que no les proporciona felicidad sino mucho miedo al abandono, a no ser amados hasta el punto de llegar a ser como el otro quiere que sea. 

Durante la niñez se espera que los padres provean seguridad, atención, cuidado, lo que crea una persona que solo quiere ser apreciada, valorada y querida, este aprendizaje se incorporado .en nosotros y es utilizado para reaccionar ante cualquier situación de la vida. 

Dejamos de ser nosotros mismos para conseguir amigos, existir ante los demás, conseguir que una pareja nos quiera, pero la realidad es que en el interior solo hay rabia, frustración, angustia y tristeza que en cualquier momento saldrán a la luz. 

Finalmente, cuando se atraviesa por una infancia difícil y no se atiende de manera oportuna, durante la edad adulta se despiertan todos estos problemas y para poder avanzar se deben manejar todos esos traumas y lograr un equilibrio y bienestar.