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Nuestro estado de ánimo, emociones y todo lo relacionado a lo que nos rodea puede afectar nuestro sistema inmunológico. Muchas personas creen que las enfermedades son hechos incontrolables, donde solo podríamos recurrir a medicinas para curarnos. La realidad es que nuestro cuerpo reacciona con síntomas antes las cosas que nos suceden. Dependiendo de cómo reaccionemos ante los problemas podremos complicar o acelerar algún proceso curativo.
Todo en nuestro cuerpo está conectado, nuestro organismo se ve afectado si tenemos una mala salud emocional; tanto es así que se debilita nuestro sistema inmunológico haciéndonos enfermar con frecuencia. Por causa de la preocupación, del estrés y la ansiedad no nos levantamos descansados, el organismo se resiente y no podremos cuidar de nuestra salud como se debe.
Nuestro cuerpo y nuestra mente interactúan de manera inteligente y así lograr sobrevivir. Cómo actuemos, pensemos y actuemos dependerá de las emociones, teniendo estas el poder de alterar nuestras sintomatologías.
Las úlceras del estómago, la presión arterial y las erupciones cutáneas pueden aparecer luego de una situación estresante o un disgusto. Podemos creerlo o no, esta para notificarnos que algo no anda bien y que debemos ponerle atención.
Reconozcamos nuestras emociones, aprendamos a escuchar nuestro cuerpo y a averiguar porque sentimos estos cambios. Todos los síntomas tienen relación con cosas y situaciones que no expresamos.
Es bueno realizar un listado con las cosas que nos molestan o que no nos tienen conformes en la vida, podemos tomar un tiempo libre y expresar esas cosas molestas en voz alta. Nuestro cerebro se relajará y escuchará, siempre debemos encontrar la mejor solución para cada situación de preocupación que afrontemos. Aprender algo nuevo siempre es beneficioso, mantener el cerebro activo es vital para tener una buena memoria, la felicidad y la adaptación al entorno.
El sistema nervioso hay que mantenerlos en su máximo potencial, busquemos terapia quiropráctica con frecuencia para conservar conectado nuestro cuerpo y mente. Aprender a controlar la respiración a través de las emociones, respirar profundamente diez veces antes de hablar nos será de gran ayuda.
Ríe todo lo que puedas durante el día, la risa y las carcajadas liberan de energías negativas, al reír nuestro cerebro emite endorfinas, las endorfinas tienen características semejantes a la morfina, alivia la depresión, equilibra el tono vital y alivia el dolor. Así mismo, rejuvenece, mejora la respiración, facilita la digestión y baja la presión arterial entre otros beneficios.
Improvisar constantemente puede ser agotador. La Planificación es una buena herramienta, tener al día las cosas por hacer a diario, si se logra controlar el estrés, se previene el deterioro del cuerpo y el desgaste del sistema.
Exprésate para que nuestro cuerpo no se vea obligado a recordarnos que existe algo que no le gusta. Hay que aprender a llenar la vida con emociones positivas, de simples detalles que nos alegran la vida, ya que aun así, transitamos este mundo para ser felices.
Queremos ayudarte a recuperar tu sonrisa. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
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