La sociedad requiere empresarios resilientes capaces de enfrentar la incertidumbre y afrontar los desafíos actuales como oportunidades de aprendizaje y crecimiento.
En la actualidad, y con la mirada puesta en el futuro, la sociedad requiere empresarios resilientes, capaces de enfrentar la incertidumbre y afrontar los desafíos actuales como oportunidades de aprendizaje y crecimiento.
Cuando nos encontramos con imprevistos que alteran nuestra visión del futuro, es natural experimentar una variedad de emociones, algunas de ellas desagradables. Estas emociones, como el temor o la preocupación, pueden ser adaptativas si nos impulsan a tomar acción para superar los obstáculos presentes. Sin embargo, en ocasiones, estas emociones nos dominan, nos paralizan y nos aferran al miedo que tenemos hacia los acontecimientos futuros.
Tanto las empresas como las organizaciones necesitan desarrollar la capacidad de superar obstáculos y adaptarse a los cambios, evitando quedar estancadas en ideas que no se alinean con la realidad.
El éxito, tanto a nivel personal como empresarial, surge de un constante viaje de altibajos y aprendizajes, donde apreciar cada experiencia nos brinda valiosas lecciones como líderes organizacionales.
En última instancia, la resiliencia implica aprender del pasado, analizar lo que salió mal y buscar alternativas que nos impulsen a enfrentar de mejor manera los desafíos tecnológicos, de mercado y distribución que enfrentaremos en el futuro.
¿Cómo gestiona las emociones un empresario resiliente?
- Regula tus emociones: Si recientemente has estado experimentando malestar emocional, es importante identificar qué emociones están presentes en tu mente. Puede ser útil hablar con alguien externo al trabajo que te ayude a comprender el origen de esas emociones.
- Busca información inspiradora: Evita quedarte atrapado en la negatividad que a menudo se difunde en los medios. Dedica un tiempo diario a buscar noticias y eventos positivos que estén ocurriendo. Cada día suceden muchas cosas en el mundo que son motivo de esperanza.
- Involucra a tus equipos: Es probable que los miembros de tu equipo también estén experimentando emociones similares. Dedica tiempo a preocuparte por su bienestar emocional y ofrece tu apoyo. Mantén a tus colaboradores informados sobre los acontecimientos actuales, las decisiones que se toman y las razones detrás de ellas. En la medida de lo posible, inclúyelos en la búsqueda de soluciones, lo cual les hará sentirse parte de la resolución y les brindará una sensación de control. El control y la seguridad reducen las emociones de angustia y miedo. Además, al involucrar a tu equipo, también te sentirás acompañado.
- Establece metas pequeñas a corto plazo: En lugar de centrarse en metas grandes que pueden resultar abrumadoras, establece metas más pequeñas y alcanzables a corto plazo. Estas metas ofrecerán resultados positivos, aunque sean pequeños, y te motivarán a seguir adelante, generando esperanza. El objetivo es que estas metas te acerquen gradualmente al futuro deseado.
- No te limites al futuro: Tener un plan para el futuro es importante, pero a veces puede llevar a tomar decisiones inflexibles y paralizantes. Mantén una perspectiva flexible y considerar soluciones que antes no habías contemplado.
- Transmite confianza y calma en lugar de temeridad: A través de un liderazgo positivo, muestra a tus colaboradores que, aunque eres consciente de la situación difícil, estás enfocado en encontrar soluciones y tomar medidas. Un líder ansioso tiende a generar temor en los equipos.
- Toma decisiones, incluso si puedes equivocarte: No permitas que el análisis excesivo de la situación te paralice. Toma decisiones, aunque no estés seguro de si son las correctas. Incluso los errores pueden ser oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Aprovecha esta difícil situación para extraer lecciones para el futuro, eso es parte de la resiliencia.
A menudo, se espera que los empresarios sean emocionalmente fuertes. Sin embargo, es importante recordar que son personas que, en momentos como el actual, también necesitan apoyo para lidiar con la carga emocional que implica sus responsabilidades. Reconocer que puedes necesitar ayuda no es señal de debilidad, sino todo lo contrario: es un indicio de fortaleza. En este momento, es aún más importante dedicar tiempo al cuidado de tu salud psicológica.
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