¿Cuántas veces te has enfadado por no tener algo determinado? ¿Cuántas veces te has sentido triste cuando has conectado con algo que te falta? ¿Cuántas veces has querido conseguir algo que has visto que otro ha logrado?
En ocasiones, invertimos nuestra energía en repasar todo aquello que no hemos conseguido. Olvidamos lo que tenemos y eso deja de poseer, para nosotros, el significado y la importancia que le dimos cuando lo obtuvimos y pasó a formar parte de nuestra realidad. La mayoría de las veces focalizamos la atención en todo lo que no hemos sido capaces de hacer, olvidando aquello que sí hicimos. Conectamos fácilmente con las emociones negativas de lo que implica ser conscientes de lo mucho que nos falta por aprender, lograr y construir.
Poner el foco en ese aspecto no es del todo malo. De hecho, muchas veces la motivación que nos empuja a llevar a cabo ciertas conductas o tomar determinadas decisiones surge de esa “falta”. Identificar qué cosas te gustarían que, por el momento, no has logrado puede servirte para coger carrerilla, acumular fuerzas y conseguir el empujón que necesitas para seguir dando pasos en la dirección que tú consideres. No permitas que observar esa escasez bloquee tu presente y te impida seguir confiando en ti mismo/a y apostando por ti.
Te invito a que repases, en tu presente, todo aquello que en el pasado alcanzaste. Elabora una lista de aquellas cosas que te hacen sentir orgulloso/a de quién eres y conectar con lo bonita y plena que es tu realidad en estos momentos. Pueden faltar cosas, si. Pero también está llena de muchas otras que valen la pena repasar y recordar.
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