El conflicto emerge como un signo de alarma que se encuentra indicando que algo debe cambiar y transformarse en la relación, ya que dichas dinámicas pueden estar ocasionando tensión a uno de los dos miembros de la relación o posiblemente a los dos.
Alguna vez te has preguntado ¿cómo puedes sacar el mejor provecho de una situación conflictiva? El conflicto emerge como un signo de alarma que se encuentra indicando que
algo debe cambiar y transformarse en la relación, ya que dichas dinámicas pueden estar ocasionando tensión a uno de los dos miembros de la relación o posiblemente a los dos.
Sin embargo, normalmente el ser humano suele evitar el conflicto, con el fin de no activar emociones desagradables cimentadas en el enojo, la frustración, la ira, la tristeza y/o entre
otras; dicha dinámica de evitación puede llevar a que el conflicto vaya aumentando en la medida que no se resuelve, se sigue repitiendo y por consiguiente las emociones van
adquiriendo mayor intensidad al mantenerse crónicamente en el tiempo.
Dichas reacciones ante el conflicto suelen ser muy dañinas para la salud mental, ya que un conflicto que permanece en el tiempo va generando lo que White & Epston denominan
como “la cristalización” de ciertos pensamientos propios que van creando narrativas dominantes difíciles de flexibilizar y/o complementar con otro punto de vista; pues un
conflicto evitado, es un conflicto encerrado en la mente de un ser humano sin tener la posibilidad de retroalimentación por parte del otro. Así pues, dichos pensamientos “encerrados” pueden ir moldeando tu identidad propia a partir de algo que has decidido creer para ti mismo o incluso puede moldear lo que tu piensas acerca del otro desde un punto de vista deficitario, analizando bien lo mencionado anteriormente, es como si la identidad en medio del conflicto se convirtiera en un ente aislado de un contexto y de un otro; así pues, el self va deformándose y perdiendo su esencia intrínseca la cual es la capacidad relacional, llegado a este punto, la relación con el otro se muere, pues “el conflicto los transforma o la relación se muere”.
El conflicto como una oportunidad
Sin embargo, también existe un lado positivo del conflicto, y es visibilizar este mismo cómo una oportunidad que se encuentra invitando al sistema relacional a generar cambios
inmediatos con el fin de poder preservar la vinculación. Sería utópico mencionar que el conflicto visto como una oportunidad no te generará sentimientos negativos, sin embargo, depende de ti que uso le das a dichos sentimientos negativos. Cuando ponemos el conflicto a nivel relacional, esto implica “liberar” dichos pensamientos que aquel o aquellos acontecimientos han generado a cada uno de los miembros de la relación. En este orden de ideas, el conflicto se libera a través de actos narrativos, pues según Estupiñán, en su dosier de narrativas conversacionales, el acto narrativo emerge en sí cuando se da lugar a que la otra persona pueda comprender lo que se ha interpretado a partir de dicho conflicto con el fin de generar la reconfiguración de la identidad propia y la comprensión que se ha creado del otro a partir de dichos acontecimientos no resueltos.
Cuando somos escuchados, entendidos, legitimados y validados por el otro, comienza a emerger un relato generativo, que permite explorarnos a nosotros mismos en medio de
aquel conflicto, entender cuál fue nuestra responsabilidad, que causó malestar en el otro, lo cual posiblemente no lo hubiéramos podido comprender si no hubiéramos desarrollado un
espacio adecuado para conversar acerca de la tensión que ha venido desarrollándose en la relación. Es aquí en donde el “self” recobra su esencia intrínseca y es un “self” relacional
que se va moldeando, dinamizando y transformando con la constante interacción con el otro.
En este orden de ideas, el poder tener nueva información acerca de nuestra realidad, nos va permitiendo desarrollar nuevas maneras de pensar, interpretarnos a nosotros mismos e interpretar al otro en la relación, así pues, si deseamos transformar la relación, lo mencionado anteriormente, seguramente nos llevará a un proceso de aprendizaje propio con el fin de transformarnos en medio del conflicto lo cual dará como resultado el cambio en la vinculación con el otro y el desarrollo de la responsabilidad propia de nuestra parte en el conflicto, esto permitirá que dejemos de culpar al otro respecto a lo caótica que es la relación, y podamos asumir como nosotros mismos también hemos sido un sujeto activo para la construcción de dicho conflicto.
Nosotros decidimos si vamos a utilizar nuestra capacidad relacional para construir conflictos y destruirnos a nosotros mismos y a los demás en medio de la tensión o al contrario vamos a utilizar nuestra capacidad relacional para construir una comprensión nueva acerca del conflicto, aprender de ello y transformar las dinámicas de la relación. ¿De quién depende el impacto que el conflicto trae en nuestras vidas? Únicamente depende de nosotros elegir que camino queremos tomar, una decisión que traiga algo nuevo o permanecer en lo mismo.
Recordemos que no podemos cambiar los acontecimientos vividos, pero sí el significado e interpretación que hacemos de ellos.
Queremos ayudarte a superar tus problema de pareja. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos
entender mejor lo que pasa en tu relación: