El nido vacío: transformación entre la relación de padres e hijos

El ciclo vital del ser humano se encuentra conformado por diferentes etapas que son determinadas por la edad, estas etapas inician con el nacimiento, posteriormente emerge la niñez, la adolescencia, la adultez y la vejez, a lo largo de cada etapa los miembros que nos rodean también van enfrentando sus propias etapas acorde a sus años de vida. Dentro de la etapa de la vejez existe una etapa llamada el nido vacío que consiste en el abandono de los hijos del hogar, bien sea porque se han independizado económicamente, han decidido formar un hogar con su pareja u otros motivos distintos que implican la salida de los hijos del hogar.

Esta transición, por más que sea de alegría para los hijos que parten, también es de dificultad para los padres que quedan en el hogar con su “nido vacío”, ¿pero qué cambios implica a nivel emocional para los padres como para los hijos esta transición? Ahora bien, la familia va evolucionando y para que dicha evolución favorezca el re ajuste, adaptación y desarrollo de todos los miembros involucrados en dicha transición es importante que se generen algunos procesos emocionales nuevos, diferentes o distintos a los que venían ocurriendo.

Los padres deben ser conscientes que el hijo no les ha abandonado, pero tampoco sigue viviendo con ellos, esto implica que se flexibilice la entrada y salida constante del hijo al hogar, en aquellos momentos de visita, vacaciones, compartir de tardes o días, pero es importante ser consciente que tiene un inicio y un final, es importante aceptar que ya no estará el hijo allí para siempre como era anteriormente.

Se comienza a desarrollar progresivamente y a través del tiempo una relación entre padre e hijo caracterizada por estar al mismo nivel de adulto a adulto, en este orden de ideas el padre ya no se posiciona como superior quien debe ser obedecido, sino que también tiene en cuenta y confía en las decisiones del hijo respecto a aspectos que les conciernen a la relación, así como válida y permite la expresión de opiniones diferentes a las propias de los padres.

Se da lugar a la inclusión de la familia política si es el caso por el cual el hijo ha abandonado el hogar, es importante saber que no se disminuyó la familia, sino que al contrario se amplió, ingresan otros miembros a formar parte de esa unión familiar que ha perdurado por el tiempo; este aspecto es fundamental en el bienestar tanto de padres como hijos pues si bien no se trata de prioridades, tanto la pareja como los padres cumplen un rol fundamental en la vida de los hijos que han abandonado el hogar, y resulta imprescindible desarrollar espacios que permitan la nutrición emocional de ambas relaciones por individual, pero también en unión, es decir generar espacios de compartir entre familia política y padres.

Los padres que se encuentran experimentando esta transición, con frecuencia, suelen entrar en crisis, pues cualquier re ajuste de roles, funciones y cambios genera un gran esfuerzo, es así como en algunos casos los padres han de desarrollar mayor autonomía e independencia en cosas que anteriormente sus hijos siempre les ayudaban, y ahora, debido a la salida del hogar, muchas veces no se facilita en algunos momentos esa ayuda inmediata.

En este orden de ideas, es necesario que los padres generen una reflexión en torno a la importancia que le están otorgando a sus otros roles más allá del ser padres y comiencen a nutrirlos y a apoyarse de ellos, por ejemplo, el rol de pareja, de hermano, de amigo y entre otros resultan imprescindibles para facilitar dicha transición que con el tiempo se convertirá en la nueva normalidad y se sentirá a gusto si cada miembro involucrado en la evolución del ciclo familiar generar sus respectivos re ajustes para contribuir a que existe nuevamente una armonía, unión y bienestar familiar.