El concepto del "Síndrome Marilyn Monroe" se refiere a aquellos individuos que disfrutan de una amplia popularidad, pero rara vez son comprendidos a profundidad por los demás.
El concepto del "Síndrome Marilyn Monroe" se refiere a aquellos individuos que disfrutan de una amplia popularidad, pero rara vez son comprendidos en profundidad por los demás. Estas son personas cuyas vidas están marcadas por la soledad, un paralelismo con la propia experiencia de Norma Jean. A pesar de su imagen eternamente asociada con la "rubia inocente", Norma Jean en realidad albergaba una faceta más introspectiva, reflexiva y autoexigente, que solo unos pocos lograron apreciar.
Evitemos ahondar en los detalles finales de la icónica estrella del cine; ese tema ha sido exhaustivamente discutido en diversos escritos. Obras recientes como "Marilyn Monroe: A Case for Murder" de los periodistas Richard Buskin y Jay Margoli nos brindan perspicacia sobre este asunto. En cambio, nuestro interés aquí radica en el perfil psicológico que caracterizó a Marilyn y que dio origen a lo que ahora se conoce como el "Síndrome Marilyn Monroe".
En el libro "The Marilyn Syndrome", la doctora Elizabeth Macavoy nos desvela que, incluso antes de su trágico fallecimiento, Marilyn ya había experimentado una profunda sensación de vacío y aislamiento. Más allá de los focos, del glamour y de su atrevida interpretación de "Happy Birthday Mr. President" dedicada a John F. Kennedy, existía una mujer internamente fragmentada desde hace mucho tiempo. Esta mujer comprendía que la felicidad proyectada en las películas de Hollywood no era más que una expectativa irreal; en su propia realidad, prevalecían el egoísmo y la hipocresía.
¿En qué consiste precisamente el "Síndrome Marilyn Monroe"?
El "Síndrome Marilyn Monroe" se manifiesta con frecuencia. Afecta a aquellos individuos que han alcanzado un cierto nivel de éxito social, como actores, cantantes y otras personalidades destacadas. Estas personas tienden a eclipsar a otro debido a su carisma, belleza o habilidades en alguna disciplina.
Aunque son amados y adorados por todos, muchas veces son utilizados como meros instrumentos, títeres manipulados por otros para su propio beneficio social, aprovechando la presencia de estos seres "deslumbrantes" que atraen admiración. Sin embargo, estos "objetos de deseo" suelen no darse cuenta de su papel al principio, ya que ser el centro de atención en todos los ámbitos resulta adictivo, reconfortante y placentero, especialmente para aquellos con autoestimas frágiles.
En el caso de Marilyn, esta vorágine actuó como una catarsis para alguien que había experimentado una infancia traumática y una adolescencia prematura que la llevó a matrimonios tempranos. No obstante, gradualmente llegó a una conclusión. Para sobrevivir en el mundo de las cámaras, productores y directores de cine, necesitaba encarnar el papel de la mujer ingenua, despreocupada y siempre radiante que todos esperaban. Esta imagen era la que vendía entradas y enamoraba al público por igual.
Norma Jean desempeñó este papel magistralmente, pero paradójicamente, nunca recibió un premio Óscar por su habilidad en interpretar el papel de Marilyn Monroe. Pocos sabían que tuvo que disminuir constantemente su nivel intelectual para sobrevivir en Hollywood, utilizando su ingenuidad como clave para el éxito. Cuidaba meticulosamente su tono de voz infantil, una herramienta de seducción que transformó en una versión de sí misma muy distante...
El "Síndrome Marilyn Monroe" o la pérdida de autoestima
El riesgo inherente en construir un papel para obtener admiración constante y ser el foco perpetuo de atención y deseo es la gradual erosión de la propia identidad. Arthur Miller, su último esposo, la describió como una mezcla entre "Jekyll y Mr. Hyde". Miller fue uno de los pocos que lograron ver el otro lado de Norma Jean: una mujer taciturna, solitaria y reflexiva que encontraba placer en escribir poesía.
Miller afirmó que ella tenía "instinto poético" y que había manejado hábilmente su ascenso hasta donde había llegado. Sin embargo, según él, carecía de cinismo y una perspectiva realista. Aunque este análisis puede tener mérito, la verdadera carencia en Marilyn era una sólida autoestima. Es importante considerar el contexto de esa época, donde predominaba la testosterona y el machismo en la industria cinematográfica. Aunque Marilyn intentó establecer su propia productora, llamada "Marilyn Monroe Productions", este audaz paso fue duramente criticado y visto como un desafío a las estructuras preexistentes. Como resultado, cedió y regresó a su papel de mujer ingenua.
El "Síndrome Marilyn Monroe" nos alerta sobre los peligros de asumir un papel con el fin de sobrevivir y ser adorado por otros. Aunque pueda no ser evidente en la actualidad, el impacto a largo plazo puede ser perjudicial, ya que buscamos validación externa. En lugar de fortalecer nuestra autoestima, estamos inadvertidamente envenenándola.
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