En la vida profesional, como en la personal, existen prácticas que pueden ayudarnos a desarrollar nuestra gratitud.
En el ámbito laboral, hay muchas situaciones que pueden llevarnos a expresar gratitud hacia nuestros compañeros, jefes o clientes. Ya sea por haber recibido su ayuda en una tarea, por su apoyo ante un problema personal o por su comprensión en situaciones difíciles. Sin embargo, la pregunta es ¿cuántas veces realmente damos las gracias en el trabajo?
En la vida profesional, como en la personal, existen prácticas que pueden ayudarnos a desarrollar nuestra gratitud. El trabajo ocupa una gran cantidad de horas de nuestro día, por lo que la práctica del agradecimiento puede ser un factor relevante para hacerlo más pleno y placentero, tanto para empleados como para directivos.
Muchos estudios especializados han comprobado que la práctica de la gratitud produce reacciones moleculares en el cerebro que ayudan a las sensaciones de bienestar y alegría. Sin embargo, nos preguntamos si realmente la ejercemos en nuestra vida diaria tanto como sería deseable. No se trata solo de decir "gracias" mecánicamente varias veces al día, sino de expresiones sinceras generadas por la conciencia de todo aquello que nos rodea, de los momentos especiales de la vida y de la propia visión que tenemos de nosotros mismos.
El trabajo suele ser una batalla constante debido a las muchas presiones a las que nos vemos sometidos, lo que a menudo nos impide conectar con el sentimiento de gratitud, incluso si somos vagamente conscientes de sus beneficios. Los nuevos patrones organizativos han traído nuevas maneras de retribución laboral, que van más allá de la absoluta compensación económica. Entre ellas se encuentran aquellas que permiten equilibrar nuestra vida personal y familiar, y que propician el reconocimiento de nuestra labor. Añadir la práctica del agradecimiento a estas formas de retribución puede ser una combinación perfecta.
Es necesario partir de una actitud positiva: por ejemplo, reconocer un trabajo bien hecho de un compañero o subordinado es una expresión genuina de agradecimiento, al igual que compartir experiencias y pensamientos con los demás. Cuanto más concreto y especifico sea el agradecimiento, mejor será la expresión de gratitud. A nivel empresarial, la práctica de la gratitud en el trato con los clientes puede generar una cierta forma de fidelización, incluso si la transacción no ha sido exitosa. Todos hemos experimentado alguna vez un ambiente laboral así, y sabemos lo desagradable que puede ser.
El trabajo es una parte fundamental de nuestras vidas, y es por eso que debemos cultivar en él un ambiente positivo. Agradecer a aquellos que nos rodean y reconocer su contribución es una manera importante de hacerlo. La gratitud no solo nos beneficia a nivel personal, sino también en nuestro desempeño laboral y en la relación que establecemos con nuestros colegas y superiores.
La gratitud es una actitud que se aprende y se practica, y como tal, es importante tenerla presente en nuestro día a día. Para ello, podemos comenzar por ser conscientes de todo lo que nos rodea y de las oportunidades que se nos presentan. De esta manera, podremos aprender a apreciar cada uno de los detalles que nos brinda nuestra vida laboral. La gratitud también puede ser un elemento importante en la fidelización de los clientes. Cuando los clientes perciben que su trabajo es valorado y apreciado, es más probable que vuelvan a hacer negocios con nosotros. Esto se traduce en un impacto positivo en la imagen de nuestra empresa y en el aumento de la lealtad de los clientes. Asimismo, reconocer el trabajo bien hecho de nuestros compañeros y subordinados puede tener un efecto muy positivo en la motivación de todo el equipo. El agradecimiento puede ser un factor determinante en la creación de un ambiente laboral en el que se fomente el respeto y la confianza. Esto se traduce en un mejor desempeño laboral y en la consecución de objetivos comunes.
En definitiva, la práctica del agradecimiento en el ámbito laboral puede tener múltiples beneficios tanto para el trabajador como para la organización. Es una práctica sencilla y al alcance de todos, que puede ayudarnos a sentir.
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