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La música se encuentra en todas las culturas y desde épocas remotas ha estado presente en la humanidad; expresa sentimientos, emociones, circunstancias, pensamientos o ideas. Tiene un papel importante en nuestra vida, ya que esta afecta nuestro estado de ánimo, nos relaja, nos entristece, nos alegra etc, afectando así a nuestras emociones.
Existen muchos ritmos musicales y cada uno es ideal para un momento específico. Muchas personas cuando están tristes buscan conectar con sus emociones de una manera más profunda, así que escuchan una canción triste que les hace liberar cada sentimiento, y una vez liberado comienzan a sentirse mejor.
Los estímulos musicales consiguen aumentar el volumen de ciertos neurotransmisores como la dopamina, un neurotransmisor que se libera produciendo recompensas cerebrales provocando placer, también regula los niveles de serotonina, oxitocina o epinefrina, consiguiendo estados de placer de forma muy parecida al de ciertas sustancias psicoactivas.
Solemos escuchar cierto tipo de música de acuerdo al estado emocional o estado de ánimo que estemos experimentando en el momento. Cuando estamos felices solemos oír música animada y movida, que nos aumenta aún más la emoción, la alegría y felicidad, el género musical que elegimos, es algo que parte de nuestro subconsciente, por lo general sale de forma espontánea y no tenemos que analizar y pensar mucho en que escuchar y que no.
Nuestro cerebro responde automáticamente al género musical que percibe, si es una música de ritmos alegres y movidos, nos provoca bailar, si es de ritmos suaves y sutiles, experimentamos relajación.
Estudios recientes han demostrado cómo la música se sincroniza con los latidos del corazón, provocando que los latidos aumenten o disminuyan según el género que escuchemos. Por tal razón cuando nos sentimos estresados y ansiosos lo ideal es escuchar un ritmo musical lento para regular los latidos y posteriormente experimentar una sensación relajante.
Nuestros gustos musicales, acompañado de las letras, la melodía y el género, también suelen definirnos, hay una relación entre nuestros gustos musicales y nuestra personalidad, también es una vía de comunicación, ya que por medio de ella se plasman sentimientos, sueles compartir tus canciones favoritas con amigos, le dedicas canciones a esa persona especial, suele variar su género dependiendo el evento. Escuchar música es una manera fácil de alterar el estado de ánimo o aliviar el estrés, genera placer, nos atrae recuerdo, ofrece un recurso para la regulación de las emociones, nos hace recordar eventos, lugares o personas.
La respuesta emocional surgida ante el mensaje que pretende transmitir una música dependerá de una persona a otra, esta se debe sentir identificada con la canción. Aun así sus beneficios siempre están presentes.
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