La paciencia es una de las actitudes mindfulness por excelencia. La paciencia es la sabiduría de que la vida sigue sus ritmos independientemente de nuestras prisas.
La paciencia es una forma de sabiduría. Demuestra que comprendemos y aceptamos el hecho de que las cosas se despliegan cuando les toca.
Decía Jon Kabat-Zinn que cuando practicamos minfulness o atención plena, cultivamos la paciencia hacia nuestra propia mente y nuestro propio cuerpo. De forma expresa, nos recordamos que no hay necesidad alguna de impacientarnos con nosotros mismos al darnos cuenta de que nuestra mente se pasa el tiempo juzgando, o cuando estamos tensos, nerviosos o asustados, o cuando practicamos durante algún tiempo sin aparentes resultados positivos… Nos hemos concedido un espacio para tener esas experiencias… ¿Por qué? ¡Porque de todas maneras las vamos a tener! Cuando lleguen, constituirán nuestra realidad, serán una parte de nuestra vida que se despliega en ese momento, de modo que tratémonos a nosotros mismos tan bien al menos como trataríamos a la mariposa. ¿Por qué pasar a la carrera por algún momento para llegar a otros "mejores"? Después de todo, cada uno de ellos constituye nuestra vida en ese instante […] La mayoría de las veces nuestros pensamientos arrollan la percepción del momento actual y hacen que perdamos nuestra conexión con el presente.
La paciencia puede ser una cualidad especialmente útil para invocarla cuando la mente está agitada y puede ayudarnos a aceptar lo errática que es, recordándonos que no tenemos por qué ser arrastrados en sus viajes.
Tener paciencia consiste en estar totalmente abierto a cada momento, aceptándolo en su plenitud y sabiendo que, las cosas se descubren y ocurren cuando les toca.
Para empezar a cultivar la paciencia te propongo que a lo largo de esta semana observes “tus impaciencia”, observa cómo te resistes a que las cosas sean como son.
Suscríbete a las Noticias de Psonríe
Puedes seleccionar que tipo de noticias quieres recibir