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La salud mental y emocional, al igual que la salud física, está presente en todas las personas del planeta, pero desafortunadamente, aún se la intenta estigmatizar o esconder.
Es importante saber que todo aquello que se silencia o se trata de ocultar, puede traer consecuencias para todo el grupo de trabajo.
En España, 1 de cada 4 personas sufre o sufrirá a lo largo de su vida, algún trastorno mental, y en estudios recientes, se estima que 4 millones de personas sufren depresión y un 15% de la población sufre ansiedad y estrés.
Es un hecho que, en nuestro grupo de trabajo, exista un compañero o compañera con un trastorno de ansiedad, el cual puede ser muy limitante a la hora de tomar decisiones o seguir con una vida satisfactoria. Apoyar a una persona con ansiedad en el trabajo requiere comprensión, empatía y un ambiente de apoyo.
Con lo cual, aquí te dejamos algunos consejos para poder ayudarle:
Crea un entorno seguro en el que la persona se sienta a gusto para hablar sobre sus desafíos y preocupaciones relacionadas con la ansiedad. Motívala para que pueda expresar sus sentimientos y asegúrate de escuchar de manera activa y comprensiva.
Observa las señales de ansiedad en la persona, como cambios en su comportamiento, irritabilidad, problemas para concentrarse o síntomas físicos. Si notas estos síntomas, acércate a ella de manera amigable y pregúntale cómo se siente y si hay algo en lo que puedas ayudar. Si la persona no se muestra accesible a contar algo, no la fuerces, solo dile que cuenta contigo para lo que necesite, y te retiras.
Brinda palabras de aliento y muestra tu apoyo emocional. Puedes recordarle a la persona que no está sola, que su ansiedad es válida, que entendemos que es desagradable pasar por esto, y que estás ahí para ayudarla en lo que necesite.
Si está dentro de las posibilidades, colabora con la persona para adaptar las tareas y la carga de trabajo de manera que se ajusten a sus necesidades y habilidades del momento. Esto puede ayudar a reducir el estrés y la presión que puedan desencadenar o empeorar su ansiedad. También puedes preguntarle qué tal se siente para la tarea a realizar, para que se sienta segura de lo que puede hacer en el momento y no agobiarse.
Promueve prácticas laborales saludables, como pausas regulares, descanso adecuado y una buena gestión del tiempo. Además, si es factible dentro de la organización, baraja la posibilidad de implementar programas de bienestar o actividades que ayuden a reducir el estrés en general.
Es muy importante ser respetuoso con los límites que la persona pueda establecer. No la presiones para compartir más de lo que se sienta cómoda y se cauteloso con su privacidad. Cada persona tiene su propia manera de lidiar con la ansiedad, por lo que es importante ser sensible a esto.
Motiva a la persona a buscar apoyo y ayuda profesional, como un psicólogo. Puedes brindarle información sobre recursos disponibles y, si es apropiado, ofrecer asistencia para buscar ayuda o hacer arreglos para asistir a las citas si lo necesita.
Ten en cuenta que cada persona es única, y lo que sirve para una persona puede no servir para otra. Por lo tanto, es esencial mantener una comunicación abierta y flexible, y preguntar a la persona cómo le gustaría que la apoyen en el trabajo.
Autora: Elisabet Schiavi
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