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Las normas rígidas y los castigos utilizados por los padres para lograr que sus hijos hagan las cosas por la fuerza, disminuyen la autoestima familiar e inducen a un desarrollo emocional incompleto y con cierto odio, aunque los padres manifiesten tener con sus hijos relaciones amables.
Considerando el trabajo publicado en el último número de la revista Infancia y Aprendizaje, donde se realizó una encuesta estatal a 948 niños y adolescentes entre 10 a 14 años referente a las prácticas de socialización empleadas por sus padres. Se obtuvo como resultado la clasificación de las familias en cuatro tipologías clásicas de socialización parental:
Para facilitar la identificación de los padres autoritarios, se puede indicar que ellos son lo contrario a los padres permisivos. Este tipo de familias asumen tener buenas intenciones al creer que las prácticas empleadas crearán adultos preparados y competentes para la sociedad.
Frecuentemente, definen de manera exagerada muchas reglas y normas dentro y fuera del hogar, y rara vez aceptan críticas, opiniones o comentarios por parte de otros adultos o de sus propios hijos. Por lo general, los padres autoritarios buscan la seguridad de sus hijos, aunque desde muy pequeños le fijan labores del hogar y utilizan las consecuencias cuando se incumplen las reglas, hasta el punto de castigarlos para que cumplan con sus asignaciones.
El doctor Jeff Nalin, señala que los hijos que se crían con padres autoritarios son los que frecuentemente se comportan de mejor manera. Otra ventaja es que son niños con mucha seguridad física y emocional, reduciendo el riesgo de ser expuesto sin tomar en cuenta cuáles podrían ser las consecuencias de su comportamiento.
Los hijos que conviven con padres autoritarios son organizados y conocen las normas que deben seguir para lograr sus metas personales y académicas. También tienden a buscar sobresalir en todo momento viendo todo como un proyecto.
De manera similar el doctor Jeff Nalin, indica que el ser padres autoritarios puede ocasionar en los niños un comportamiento que está relacionado al régimen estricto, en consecuencia su autoestima se basará en haber obedecido o no las normas establecidas por sus progenitores. Al mismo tiempo, ese énfasis en la consecuencia puede dificultar la capacidad del niño para elegir y tomar decisiones por sí mismo, teniendo un impacto negativo en la autoestima.
Probablemente puede desarrollar depresión y ansiedad al no tener conocimiento o habilidad para alguna actividad o tema, ya que solamente puede estar enfocado en la consecuencia de no lograr el objetivo. Los hijos con crianza autoritaria continuamente dependerán de que se le coloquen reglas, y de no contar con ellas se sentirá inestable, inseguro y no sabrá qué hacer o cómo comportarse.
De igual forma, puede originarse la rebeldía (efecto rebote) donde el niño desafía a sus padres, cuando conoce los otros tipos de crianza en su entorno académico o personal.
1. Muy exigentes
Existen padres que son muy exigentes con sus hijos y que no soportan sus fracasos. Estos padres, son demasiado críticos, perfeccionistas, no aceptan que sus hijos hagan algo mal y creen que la forma de obtenerlo es recordándoles constantemente sus faltas o frustraciones.
Este tipo de prácticas puede ocasionar a largo plazo graves problemas para sus hijos y, hasta un daño emocional y psicológico para el resto de su vida. Siendo comúnmente el origen de esta conducta una baja autoestima del padre, una personalidad perfeccionista o un gran sentimiento de inferioridad.
2. Autoritarios, intransigentes y poco tolerantes.
Algunos padres obligan a sus hijos a tener un determinado comportamiento sin considerar sus emociones y necesidades reales. Son inflexibles e intolerantes, haciendo sentir mal al niño o manifestándoles violencia cuando no actúan como lo habían planificado.
Son padres que se expresan o se comunican escasamente con sus hijos pero pretenden criarlos obedientes y muy dependientes, por lo que el niño tiende a ser poco espontáneo y alegre.
3. Manipuladores
Muchos padres autoritarios buscan tener un comportamiento íntegro con sus hijos, pero también se presentan casos que de forma consciente o inconsciente actúan manipulando o dañando al niño. Además, son padres que igualmente pueden comportarse de esta manera con su entorno, por tal razón, sus hijos sobrellevan ese comportamiento tóxico.
Las personas manipuladores son expertas en identificar las debilidades del otro para llevarlas a su propio terreno de manera silenciosa. Además, son perseverantes hasta obtener su objetivo, son ambiciosos con una gran necesidad de control.
4. Obsesivamente protectores
Todos los padres buscan el bienestar para sus hijos, pero en algunos casos convierten esta conducta en un comportamiento tóxico que provoca que sus hijos no disfruten su vida, tornándose inseguros y sin autonomía propia.
5. Maltratadores físicos y verbales
Algunos padres autoritarios utilizan la violencia física y verbal, de manera puntual o de forma frecuente ocasionándoles graves daños a la autoestima del niño.
6. Muy críticos
Así como existen padres autoritarios, es posible también encontrarse con padres muy críticos. Que escasamente padres elogian o motivan a sus hijos sin ser conscientes que con sus constantes reproches promueven mal comportamiento que intentan corregir. La constante crítica puede poner al niño en una actitud en la cual puede responder con desconfianza y agresividad.
7. Poco afectuosos
Los niños requieren sentir el afecto de sus padres, especialmente si se sienten solos. El afecto de la familia puede contribuir a sobrellevar malos momentos y estrechar vínculos amorosos.
8. Culpabiliza a sus hijos de sus fracasos o frustraciones
En ocasiones existen padres no se sienten cómodos con su propia vida, por lo tanto, pueden tener la autoestima baja manifestando irritabilidad y poca paciencia. A su vez, pueden proyectar de manera equivocada sus fracasos en su entorno, en especial con sus propios hijos.
9. Concibe sus fantasías o sueños en sus hijos
Ciertos padres pueden culpar a sus hijos por sus fracasos y frustraciones, pero otros pueden planear o proyectar sus sueños frustrados o intereses no cumplidos en sus hijos. Es decir, procuran que el niño viva la vida que no pudieron tener.
10. Planifican la carrera profesional de su hijo
La inquietud de los padres porque sus hijos disfruten la vida que ellos desean, puede hacer que el niño elija su carrera profesional considerando los gustos de sus padres. Cada hijo debe vivir la vida teniendo presente sus aspiraciones, sueños y deseos, no es saludable imitar la vida de sus padres.
11. No son comunicativos
En cualquier relación la comunicación es un pilar fundamental, pero en las relaciones de padres e hijos es fundamentalmente necesaria porque permite que el niño se sienta querido para tener una buena educación. Los padres autoritarios son poco comunicativos, por tanto, desconocen cuáles son las necesidades o aspiraciones reales de sus hijos.
12. No aceptan sus amistades
Algunos padres autoritarios no admiten a los amigos de sus hijos porque tienen distintos intereses a su círculo de amistades, ya sea por su nivel académico, el entorno laboral o estatus económico.
13. No enseñan hábitos saludables
Los hijos se reflejan en sus padres, pero principalmente es importante saber que ellos educan a sus hijos a la hora de acoger hábitos saludables. Si los padres no tienen un estilo de vida óptimo y saludable el niño recibirá un mensaje equivocado, y eso puede traer a largo plazo un efecto nocivo en su salud y en su comportamiento.
Se conoce como castigo al hacer daño a otra persona, bien sea de manera física o mental, para disciplinar, aunque no sea recomendado por ser considerado un tipo de maltrato.
Los especialistas en el área sugieren definir límites, atendiendo y escuchando a los integrantes de la familia para unificar los distintos puntos de vista y convenir las reglas, normas y valores que acompañarán en el hogar. También, es esencial establecer cuáles serán las consecuencias de no llegar a respetarse los acuerdos dentro y fuera del hogar.
A menudo los padres han manifestado estar conformes con las siguientes acciones para guiar el comportamiento de sus hijos sin caer en una total autoridad.
Queremos ayudarte a superar los problema que existen en tu entorno familiar. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor lo que pasa en tu relación:
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