¿Qué aspecto de tu vida quieres mejorar?
- Mi capacidad para afrontar adversidades
- Mi relación de pareja
- Mi relación con mis hijos
- Mi autoestima
- Mi desempeño laboral
- Superar mis miedos o fobias
¿Cuántas veces has herido a alguien sin querer hacerlo? ¿Cuántas veces un comentario fuera de lugar ha causado malestar en alguien de tu entorno?
¿Cuántas veces tu actitud ha afectado el estado de ánimo de alguien que está a tu lado?
Desde pequeños nos enseñan a no hacer al prójimo aquello que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros mismos. Aprendemos a cuidar nuestras palabras, expresar lo que sentimos de la mejor manera y actuar en beneficio de todos.
Intentamos no lastimar, pero en ocasiones el resultado no es siempre el que esperamos. Sin quererlo, podemos herir a las personas que más nos aprecian y nos quieren. Y es, en ese momento, en el que debemos pedir perdón.
Cuando pedimos perdón estamos comunicando que sentimos y nos sabe mal el daño que hemos causado, incluso aunque esa no haya sido nuestra intención. Pedir perdón implica pararnos a pensar y reflexionar sobre cómo se ha sentido la otra persona por algo que hemos dicho o hecho. Empatizar con ese dolor y/o sufrimiento y tratar de minimizarlo.
Es posible que no sepamos cómo hacerlo, qué palabras utilizar o cuál es la situación idónea. Habrá quien se encuentre más cómodo anotando lo que pasa por su cabeza y siente en una hoja de papel para después ofrecérsela a la o las personas en cuestión. Habrá también, aquél que prefiera utilizar la voz como muestra de disculpa.
Es importante que cada uno encuentre la forma en la que más cómodo se siente, explore alternativas para hacerlo y descubra cuál es la más idónea en su caso. No nos olvidemos que pedir perdón no es muestra de debilidad y que, la manera en cómo lo hacemos tampoco es signo de eso.
Recuerda que lo más importante es permitirnos expresar lo que sentimos y demostrar que nos hemos equivocado.
Queremos ayudarte a conseguir una mejor versión de ti. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
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La terapia psicológica online tiene la misma efectividad que la psicoterapia tradicional presencial, siempre y cuando la lleve a cabo un profesional cualificado y se realice preferiblemente en tiempo real para tener una comunicación fluida.
Tomando en cuenta que el procedimiento de diagnóstico, la definición de metas y el tratamiento es igual en ambas modalidades, podemos concluir que la principal diferencia es el medio en el que se realiza.
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Si bien ahora el problema no es tan grave te recomendamos que no subestimes la situación o permitas que se agrave: una pequeña dificultad del día a día puede llegar a convertirse en un problema psicológico grave si no se trata a tiempo.
Si aún así crees que no es el momento de pedir ayuda solo recuerda que cuando la necesites puedes contactarnos.
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