¿Es normal preocuparnos por la efectividad de las vacunas, frente a las nuevas variantes? Claro que sí; la preocupación es una respuesta natural que tiene en su base una de las emociones más básicas del ser humano: el miedo; a la que se le suman una serie de procesos cognitivos, entre dudas y racionalizaciones, complicando un poco más el fenómeno mental. Teniendo en cuenta que esto surge por la exposición a tanta información a la que estamos bombardeados día con día.
Es muy común, en las personas que ya han sido vacunadas, que se pregunten: ¿He sido inmunizada con la mejor vacuna disponible actualmente? ¿Esta vacuna generará los suficientes anticuerpos para defenderme ante la variante Delta? ¿Protegerá a las personas que conozco que son más vulnerables? ¿Por cuánto tiempo estoy realmente protegido? ¿Será necesaria una tercera dosis de refuerzo? Y así la lista de preguntas sigue, como decía Buzz Lightyear, al infinito y más allá…
Entonces, ¿es bueno o no estar informados de todos los pasos que van dando las investigaciones al momento? Más allá de si es bueno o no, tengamos en cuenta lo que decía el psicólogo John B. Watson, y su paradoja de la ciencia: cuanto más aumentan los conocimientos, más aumentan los enigmas a desvelar. Entonces será lo esperado que, cada vez aumenten los misterios a descubrir con este virus, que vino a causar una verdadera problemática mundial.
Dosificar la información por día: pon un límite del número publicaciones, podcasts, noticias, videos o tweets sobre esta temática, que indique cuando se ha llegado al tope por día.
Tener un horario establecido para conocer los avances: es común que las redes sociales se consulten en varios momentos al día, algunas investigaciones muestran que, en promedio, en un día se puede pasar entre 6 y 10 horas en las redes sociales.
Consultar fuentes confiables, basadas en investigación y no solo en periodismo.
Tener en cuenta que, tener miedo ante la complejidad de esta situación es normal, dudar es útil, nos ayuda como seres humanos a conocer nuevas alternativas, pero cuando se convierte en un juego mental sin fin, es momento de buscar ayuda profesional.
Sobre este último punto, vale la pena resaltar que estamos como sociedad, en una trampa de la información, en la que creemos que, entre más sabemos, más seguros nos sentimos, pero que nos lleva a un fenómeno de tipo paradójico, al conocer más, tenemos más posibilidades, lo que lleva a aumentar las dudas sobre cuál es la mejor elección. Decía Emil Cioran: quién no ha sufrido a causa del conocimiento no ha conocido nada.
Por último, como nos han dicho los expertos en la materia, todas las vacunas al momento protegen y reducen el riesgo de enfermar gravemente de Covid-19. Sigamos poniendo en práctica todas las acciones que nos lleven a gestionar, de la mejor manera toda esta situación y salir adelante.
Autor: Joshua Castilla Durante
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