Se define musicoterapia, como la implementación en la terapia con la música y sus elementos, melodía, ritmo, sonido y armonía, para establecer un lazo de comunicación con las emociones, el aprendizaje, las relaciones, el movimiento y las expresiones mentales, físicas, sociales, emocionales y cognitivas.
Esta es considerada una terapia creativa no verbal, la cual debe estar dirigida por un musicoterapeuta preparado y cualificado.
Según el tipo de experiencia musical, existen varias formas de musicoterapia:
1.- Composición: se compone una pieza musical o canción basándose en lo que se conozca de formas musicales.
2.- Improvisación: aquí la persona crea su música tocando un instrumento que le guste o se le facilite o cantando.
3.- Escucha: simplemente escuchar música ya grabada, creada o en vivo.
4.- Recreación: se toca una canción o se canta ya compuesta, leyendo la música o de memoria.
Se debe aclarar que existe una diferencia entre un profesor de música y un músicoterapeuta, queremos decir, que el musicoterapeuta no es necesariamente un profesor de música, es una persona que tiene amplia experiencia musical que va más allá.
Con la musicoterapia no se quiere conseguir educar al paciente musicalmente, en esta terapia la música es simplemente el medio para lograr cambios y mejoras en la vida de un paciente.
La persona que se especializa en musicoterapia logra cambios en los pacientes, en muchas ocasiones, el terapista musical tiene experiencia y conocimiento en pedagogía, medicina, educación, psicología, etc.
La música representa un medio de comunicación no verbal, es un medio de expresión a lo largo de la historia de los seres humanos, con un gran efecto emocional y motivacional, es decir, que la música logra cambios de conductas y no es algo nuevo.
La música aporta grandes beneficios al sistema cognitivo, sensorial y motor. Logra estimular el pensamiento, la creatividad, el aprendizaje, la memoria y el lenguaje, es como un estimulante o sedante. La música produce estímulos placenteros y agradables para nuestro cerebro, el cual ayuda mucho a relajarnos.
La selección de la música debe ser según el objetivo planteado para la terapia. Para realizar esta selección se toma en consideración las partes que componen la música, entre ellas mencionaremos:
.- Ritmo: el ritmo puede ser rápido o lento, el ritmo rápido produce una mayor actividad motora.
.- Tiempo: al igual que en el ritmo, el tiempo podrá producirse rápido, el cual nos puede parecer más emocionante y el tiempo lento que nos transmite seguridad y calma.
.- Intensidad: este es de mucha importancia ya que se debe saber controlar, el volumen en el que se coloca la música tiene que ser un volumen adecuado según el paciente.
.- Armonía: esta se hace presente al reproducir varios sonidos, los cuales se han seleccionado a conciencia para lograr el mejor resultado en cada paciente.
.- Instrumentación: los instrumentos incluidos en la música son muy importantes. Los instrumentos de cuerda ofrecen mucha más compenetración y son más expresivos, mientras que los instrumentos de viento, son de un carácter divertido y alegre.
La musicoterapia se puede aplicar en grupos o de forma individual, todo dependiendo de la necesidad de cada paciente. La música, sin duda alguna, en alguna ocasión de la vida nos ha ayudado en nuestro estado de ánimo y a lidiar con nuestras emociones.
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