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Los límites son aquellas reglas o pautas que establecemos en las relaciones interpersonales como intrapersonales. Asimismo, están moldeados por los valores, creencias, historia de aprendizaje y cultura del individuo; no son algo negociable en las dinámicas de las relaciones. Cuando se establecen límites de cualquier tipo, se priorizan las cosas que para nosotros como individuos son importantes e inquebrantables, adicional a esto, cuando los comunicamos tenemos responsabilidad afectiva con nosotros y con los demás, porque somos los encargados de lo que sentimos y de la toma de decisiones.
Así pues, existe la creencia que establecer límites solo es saber decir no, sin embargo, están presentes en todas las situaciones y tipos de relación, ya sean de pareja, de amistad, familia, amigos, compañeros de trabajo, incluso con nosotros mismos. Son diferentes dependiendo la situación y la persona implicada.
Dicho esto, existen diferentes clases de límites; emocionales, físicos, personales, materiales, de tiempo, entre otros; a su vez, se pueden clasificar en límites rígidos, porosos o saludables.
Los límites rígidos se reflejan en personas que evitan la intimidad o conexión con otros individuos, que no establecen relaciones cercanas, que no piden ayuda porque les cuesta hacerlo y prefieren ser muy reservados, que se les dificulta expresar sentimientos o necesidades, que pueden parecer distantes o siempre estar a la defensiva, etc.
Los límites porosos se ven en personas que comparten información personal en exceso, donde se involucran demasiado en las relaciones afectivas, hacen cosas que no quieren por quedar bien, pueden ser dependientes de las opiniones de los demás, pueden temer decir no por miedo de lo que dirán, pueden ser manipulados fácilmente, etc.
Por último, en los límites saludables, evidencia un equilibrio entre los ya mencionados, poder expresar sentimientos y pensamientos de manera clara, expresar necesidades y deseos, valorar las opiniones propias, compartir información personal de forma adecuada, establecer las reglas en las interacciones de las relaciones de manera clara, ya sean relaciones de pareja, familia, amistad, etc.
En definitiva, los límites son importantes; su función es mantener el espacio seguro, en cuanto a espacio se hace referencia a todas las dimensiones de la persona, adicional, establecerlos trae consecuencias positivas en la vida, en concreto:
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