Autor:
Alberto García Rodríguez
La sociedad ha sufrido importantes cambios, muchos de ellos gobernados por las transformaciones tecnológicas; estamos inmersos en plena era digital en la que vivimos permanentemente ligados a los teléfonos móviles. Hoy día podemos hablar cuando y donde queramos con otras personas, por lo que surgen nuevas posibilidades para conocer gente, optimizando el poco tiempo que el frenético ritmo de vida que llevamos nos permite. La infidelidad ha existido siempre porque muchas personas necesitan buscar fuera de sus relaciones estables otras sensaciones o simplemente se dejan llevar sin importarles mucho la lealtad a la persona con la que comparten sus vidas.
En otros tiempos, en los que el matrimonio era la institución por excelencia, las connotaciones morales, religiosas y sociales de la infidelidad estaban muy perseguidas y quizás de esas limitaciones de prohibición y prejuicios sociales surgían muchas infidelidades; al ser humano le gusta lo prohibido, es pura adrenalina que se convierte casi en una peligrosa adicción en muchas ocasiones.
No se trata de emitir un juicio de valor universal, cada relación de pareja posee unas peculiaridades que solo ambos miembros de la relación pueden entender. Los motivos que llevan a buscar a otra persona fuera de tu relación estable son tan diversos como entendibles.
¿Perdonarías una infidelidad? La respuesta es depende, cómo y cuándo, existe una respuesta y cientos válidas, porque nadie es juez ni instigador en la vida de los demás, cada cual debe definir qué quiere en su vida y con quien quiere compartirla. Todo fluye desde la armonía interior que aporta un equilibrio y una felicidad emocionalmente aceptables y válidas para cada uno. ¿Son compatibles el perdón y la infidelidad? ¿Es un punto de partida o un punto y final? ¿Podemos seguir adelante con nuestra pareja ante este hecho? Cada cual es dueño de su existencia y capitán del devenir de su felicidad.
Queremos ayudarte a superar tus problema de pareja. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor lo que pasa en tu relación:
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Tomando en cuenta que el procedimiento de diagnóstico, la definición de metas y el tratamiento es igual en ambas modalidades, podemos concluir que la principal diferencia es el medio en el que se realiza.
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Si bien ahora el problema no es tan grave te recomendamos que no subestimes la situación o permitas que se agrave: una pequeña dificultad del día a día puede llegar a convertirse en un problema psicológico grave si no se trata a tiempo.
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