El Síndrome de la Mediocridad Inoperante Activa (MIA) representa uno de los perfiles más dañinos en estos ámbitos y se caracteriza por la incapacidad de apreciar el trabajo de los demás
Cuando se habla de mediocridad en el ámbito laboral o académico se hace referencia a la falta de capacidad de algunas personas para aspirar, apreciar o admirar la excelencia y la creatividad de quienes les rodean. El Síndrome de la Mediocridad Inoperante Activa (MIA) representa uno de los perfiles más dañinos en estos ámbitos y se caracteriza por la incapacidad de apreciar el trabajo de los demás, lo que puede llevar a menospreciar y obstaculizar a los compañeros que destacan. Este síndrome fue definido por el psiquiatra español José Luis González de Rivera. Las personas que padecen este síndrome son envidiosas, nunca reconocen los méritos de los demás, difunden rumores negativos sobre ellos y son proclives a atribuir los éxitos de sus compañeros a factores externos.
El Síndrome MIA se divide en tres subtipos, siendo el tipo 3 el más grave, ya que se trata de la persona que presenta todas las características de la enfermedad y es más problemática para ella y para los demás. El tipo 1 es la manifestación más simple, en la que la persona promedio carece de iniciativa y creatividad. Por último, el tipo 2 es aquel en el que existe una mayor gravedad que en el tipo 1, presentándose una serie de complicaciones que obstaculizan la adaptación a un trabajo o estudio específico. Además, las personas que padecen este tipo de mediocridad inoperante activa suelen ser expertas en el arte de la manipulación, sabiendo cómo conseguir lo que quieren y evitando que cualquier persona con más talento les supere en la empresa o centro académico.
Finalmente, el tipo 3 es el más grave y problemático de todos, siendo característico de personas que presentan un alto grado de envidia hacia aquellos que destacan en su entorno laboral o académico. Estas personas suelen tener una gran capacidad para hacer la vida imposible a sus compañeros, llegando a obstaculizar su trabajo y a perjudicar su carrera profesional. Además, las personas con el tipo 3 del síndrome del mediocre inoperante activa suelen presentar una falta total de empatía y un egoísmo desmesurado, centrándose únicamente en su propio beneficio y despreocupándose por completo del bienestar de los demás.
La teoría de Freud sobre el olvido como mecanismo de defensa frente a eventos traumáticos, especialmente de índole sexual, condujo a una búsqueda de técnicas psicoterapéuticas para recuperar estos recuerdos ocultos y curar o aliviar las neurosis asociadas. Entre estas técnicas se incluía la hipnosis y, en menor medida, el uso de fármacos como el pentotal sódico. Sin embargo, en la década de 1980 se hizo evidente que muchas de estas "recuperaciones de memorias traumáticas" no correspondían a hechos reales, sino que eran fabulaciones, deformaciones o sugestiones del propio psicoterapeuta. Experimentos bien diseñados demostraron que era posible incorporar falsos recuerdos a un alto porcentaje de personas normales y sanas.
Estas falsas memorias han llevado a casos legales, como el de Beth Rutherford, que finalmente se demostró que era una sugestión del psicoterapeuta en una paciente neurótica y bulímica. La Fundación para el Síndrome del Falso Recuerdo (FMSF) fue creada en los Estados Unidos para ayudar a las personas perjudicadas por supuestas "memorias recuperadas".
Es importante mencionar, que para poder realizar un diagnóstico del síndrome de falsa memoria, se tienen que desechar la manipulación premeditada y mala fe por parte del paciente. Adicionalmente, este síndrome no es universalmente aprobado por todos los profesionales de la psiquiatría. Sin embargo, la existencia del síndrome de falsa memoria ha sido demostrada en múltiples estudios y ha llevado a una mayor precaución y ética en el uso de técnicas psicoterapéuticas para recuperar recuerdos traumáticos.
La explicación freudiana del olvido como mecanismo de defensa y la búsqueda de técnicas para recuperar recuerdos reprimidos han llevado a la identificación del síndrome de falsa memoria, el cual ha generado controversia en la comunidad científica y ha hecho necesario un mayor cuidado en la práctica de la psicoterapia. El síndrome del mediocre inoperante activa es un fenómeno que puede presentarse en diferentes grados y que puede ser muy dañino tanto para la persona que lo padece como para las personas que están a su alrededor en el entorno laboral o académico. Es importante ser conscientes de estas actitudes y tratar de combatirlas para fomentar un ambiente de trabajo más sano y productivo.
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