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Es todavía hoy muy común que los profesionales de la salud en general, y de la salud mental en particular, se refieran a sus consultantes como “pacientes”, que es totalmente correcto desde el significado que la RAE otorga a dicha palabra como: Persona que padece física y corporalmente, y especialmente quien se halla bajo atención médica. Sin embargo, podríamos decir que, en un sentido más amplio, la palabra paciente, remite a pasividad, a quiescencia o inactividad; y si hay algo que no se puede negar en nuestros tiempos de cuarta revocación industrial, es la no quietud de las personas, en cuanto al mundo que las rodea. En otras palabras, hoy los psicólogos, somos conscientes de que cada persona es activa y sus decisiones impactan notablemente en cada área de su vida.
Gracias a la revolución tecnológica actual, las posibilidades de acceso a información, productos y servicios se ha multiplicado y cada ve más, aumenta la exigencia de los usuarios sobre dichos servicios. Es por esto que llamar “paciente” a un consultante parece un tanto injusto.
El primero que comenzó a hablar de una psicoterapia centrada en el cliente fue Carl Rogers allá por el año 1980, con la publicación de su libro que lleva por título ese mismo nombre. (Psicoterapia centrada en el cliente), abriendo las puertas a un nuevo paradigma en Psicoterapia donde, quienes importan son los clientes, y es para ellos que debemos mejorar la práctica constantemente.
No es motivo de este artículo realizar una revisión de dicha teoría, ya que pueden encontrarla en internet, si diré que entendemos a Cliente como alguien activo, exigente y a quien debe darse el mejor servicio posible, debiendo estar reflejado en resultados observables los resultados que desea.
A continuación, algunos tips, para que a la hora de consultar con profesionales de la salud mental, tengas en cuenta:
Recuerda: al momento de buscar ayuda profesional, mucha gente se siente mal, con vergüenza o temor de ser juzgada por sus familiares, amigos, pareja o entorno, y frustrada por el hecho de no poder resolver sola su problema. Nadie puede solo, muchas veces necesitamos ayuda y saber pedirla, nos hace crecer. Así que pedir ayuda es sinónimo de valentía, nunca lo olvide.
Queremos ayudarte a recuperar tu sonrisa. Si nos aportas más información sobre tu situación podremos entender mejor qué la provoca:
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