Es estado de ánimo es lo que nos mueve diariamente. La tristeza trae desánimo, nos escondemos, evitamos realizar cualquier acción, pero si estamos contentos nuestro nivel de energía sube. Este influye en la manera que observamos el mundo y cómo nos vemos a nosotros, además, marca nuestra disposición para adaptarnos a las situaciones. 

Sin embargo, son muchas las personas con un estado de ánimo que no les permite adaptarse y complica su bienestar, generando trastornos del estado de ánimo. 

Los trastornos del estado de ánimo son un grupo de alteraciones psíquicas relacionadas con la presencia de estados de ánimo desordenados de manera más o menos permanente que producen una variación importante en la vida de las personas y que generan problemas de adaptación a su rutina de vida. 

Este tipo de trastornos, produce mucho sufrimiento a la persona que lo padece, disminuye su autoestima, la percepción de la vida, los acontecimientos y su entorno. 

Entre los trastornos del estado de ánimo podemos mencionar: 

Trastorno depresivo mayor: Uno de los más conocidos, caracterizado por sentimientos de tristeza y decaimiento durante casi todo el día. Una reducción de la motivación, del sueño, del apetito, la concentración, de la capacidad de sentir placer, agitación constante, desesperanza y pasividad. 
En este tipo de trastorno la persona puede presentar pensamientos y deseos suicidas así como problemas para tomar decisiones. 

Trastorno depresivo persistente: Tiene mucha similitud con el trastorno anterior, pero una menor potencia en los síntomas pero la duración es mayor considerándose en algunos casos crónico. Este puede tener una duración de dos años, durante todo el día todos los días con un estado de ánimo depresivo, triste, sueño, fatiga, desesperanza, falta de concentración, baja autoestima y problemas para la toma de decisiones. 
En algunas ocasiones se puede apreciar como un trastorno menos peligroso porque sus síntomas son menos intensos, pero la preocupación está en el tiempo tan prolongado de permanencia de los síntomas que generan un desgaste en la persona. 


Trastorno bipolar: En este caso hay un comportamiento alterno entre los episodios maníacos con comportamiento irritable, alto nivel de energía, delirios de grandeza, locuacidad, descuido. Comportamientos riesgosos y en algunas ocasiones nivel de alucinaciones muy altos que requieren de la hospitalización del paciente. 
El trastorno bipolar tiene dos tipos el 1 donde la persona experimenta o ha experimentado por lo menos un episodio mixto pudiendo ser antecedido o seguido de un episodio hipomaniaco. En el caso del tipo 2 necesariamente debe existir por lo menos un episodio depresivo y uno hipomaniaco. 

Trastorno ciclotímico: En este caso la persona presenta diversos síntomas hipomaníacos y depresivos alternados, con una intensidad muy baja durante un periodo de aproximadamente 2 años. Sus sistemas son muy persistentes. 

Trastorno disfórico premenstrual: Se refiere a la presencia de variaciones rápidas del estado de ánimo durante el ciclo menstrual. Esto incluye ansiedad, irritabilidad, depresión, fatiga, dificultad para dormir,  dolor, indiferencia, falta de concentración, pérdida del apetito y tensión intensa. Es necesario que la semana precedente a la menstruación aparezca al menos 5 de estos síntomas.

Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo: Se refiere a la presencia durante por lo menos un año y todos los días de irritabilidad y rabia discordante ante una situación que genera este sentimiento. La reacción se caracteriza por estallidos de arrebatos verbales que pueden llegar hasta la agresión física con un estado de ánimo iracundo insistente entre los estallidos. 

Puede presentarse en contextos diferentes en una semana, presentando síntomas antes de los diez años de edad diagnosticandose no antes de los seis años y después de los 18 años de edad.