La pérdida de un compañero de trabajo o un ser querido, es una motivo que lleva a la persona a realizar las actividades cotidianas con dificultad,
La pérdida de un compañero de trabajo, es un motivo que lleva a la persona a realizar las actividades cotidianas con dificultad, esto debido al estado emocional que tienen como consecuencia del proceso de duelo. Cada individuo es único y lleva sus emociones de formas distintas, el empleador puede poner en práctica algunas maneras de apoyo para afrontar un duelo en el ambiente laboral:
Flexibilidad de horario.
Un proceso de duelo es personal, por esto, distinto para cada ser humano, mientras algunas personas retoman rutina rápidamente, a otros les cuesta más. Por esta razón, se puede ofrecer, por un tiempo limitado, alguna flexibilidad de horario de entrada o salida al empleado, esta medida puede contribuir a la salud mental del empleado que esté afrontando un duelo.
Ofrecer ayuda de un profesional.
Ofrecer la ayuda de un profesional experto en el tratamiento de duelos, que pueda ayudar al empleado a expresar y gestionar sus emociones. El saber manejar las emociones es un tema indispensable, durante la fase de duelo, es normal que una persona no se comporte de una manera habitual y se pueda ver reflejado en su ambiente laboral.
Disminuir la carga laboral.
El empleado que está viviendo la situación de un duelo por la pérdida de un ser querido, necesita reducir un poco su carga de trabajo al reincorporarse a su puesto laboral, sus capacidades no estarán a un 100%. Si no se puede disminuir la carga laboral, al menos tratar de no sobrecargarlo con más tareas de las que puede manejar, ya pronto estará listo para continuar sus labores de manera habitual.
Apoyo de los compañeros.
Saber cómo actuar ante un compañero que está viviendo un duelo ayuda a esta persona a sobrellevar sus obligaciones laborales. Regresar a trabajar durante una fase de duelo puede ser una situación difícil, tanto para el empleado como para su entorno laboral. Aun así, la empresa puede ser un eslabón de apoyo para lograr el bienestar de todos en la empresa.
Manejar nuestro duelo en el entorno laboral
Cuando afrontamos un duelo y tenemos que reincorporarnos al trabajo, debemos tener en consideración:
Tratar de adaptar las tareas.
Si al reincorporarnos a nuestro trabajo, nos sentimos con poca energía, debemos solicitar la colaboración y adaptación a nuestros jefes. Lo mejor es iniciar despacio y dedicarse a actividades simples, que no vayan a exigir de nosotros la toma de decisiones, al menos durante los días que nos encontremos con menor disponibilidad psicológica, como estar lábiles o distraídos.
No ir de prisa.
Un duelo lleva su tiempo y nuestras necesidades van a ir cambiando con el pasar del tiempo. Lo que un día nos parece bien al otro día puede representar una carga. Es importante tomar esto e n cuenta, sobre todo al momento de la toma de decisiones en el área laboral. Hay situaciones que ameritan que bajemos el ritmo, por otro lado, estar en el trabajo nos puede ser de mucha ayuda, esto nos puede distraer y revitalizar y esto representa algo saludable para nuestra mejoría.
Explicar lo que necesitamos.
Las personas a nuestro alrededor no tienen por qué conocer cómo nos sentimos, lo que pensamos y lo que necesitamos. No pueden adivinar nuestro estado y muchas de ellas preferirán darnos espacio antes de parecer invasivos. Si tenemos la confianza, es buena opción informar a las personas que nos rodean lo que estamos experimentando.
Manejar el duelo de un compañero en el entorno laboral
Ser flexibles y pacientes.
Cuando una persona pasa por un duelo, está entre momentos, oscilando con la realidad de su pérdida, desconectándose u orientándose a otras cosas de la vida. Esto representa momentos en los que la persona no estará del mejor humor, que parezca que no está afectada por su pérdida y otros días donde su conducta, mente y humor demostraran lo contrario. El duelo no es lineal, siempre existirán venidas e idas.
No dar por hecho.
Esto se refiere a no dar por hecho como se siente una persona que afronta un duelo, puede parecer estar fatal o que está muy bien, cada persona lleva su duelo de manera única y no siempre es visible. No dar por hecho y preguntar cómo está realmente la persona es lo más recomendable.
Brindar colaboración concreta.
Ofrecer ayuda a una persona en duelo, va más allá de decir, ¿necesitas algo?, son frases de cortesía, pero que realmente no ayudan directamente. Lo mejor es tomar la iniciativa con naturalidad, sin agobiar, siempre planteando que cuentan con nuestra ayuda.
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