La situación de desempleo puede ser considerada unos de los eventos más estresantes de un individuo, y esto conlleva muchas consecuencias a nivel emocional para los jóvenes.
La situación de desempleo puede ser considerada unos de los eventos más estresantes de un individuo, de hecho, los efectos psicológicos más frecuentes provocados por el desempleo, destacan el aumento de sintomatología depresiva, los sentimientos de inseguridad y de fracaso, la pérdida de autoestima, deterioro de las relaciones familiares y sociales. Además de una experiencia de degradación social, de vergüenza o sentimientos de culpa. Todo ello, revela un cambio importante en el autoconcepto del individuo.
¿Que conlleva el desempleo juvenil?
La falta de empleo no solo representa una carencia económica, que para muchos jóvenes significa dependencia a las figuras parentales. Obtener un empleo es una expectativa social y cultural adquirida desde la infancia y desde entonces continuamente reforzada a través de las influencias de la escuela, la familia y los medios de comunicación; y cuando el individuo logra insertarse en el mundo del trabajo, accede a un nuevo status y a una nueva identidad social. El desempleo interrumpe este proceso con lo que va a generar una nueva experiencia de derrota y de fracaso. Acarrea un retraimiento marcado por la depresión, y ansiedad, una disminución de las relaciones sociales y pasividad.
Los efectos que tendría para los jóvenes el no contar con un empleo los ubican en un contexto social que no les permite tomar decisiones relevantes, debido a su condición de dependencia. Lo anterior ocasiona que no exista la posibilidad, de construir un proyecto de vida particular, ya que no se ha cumplido plenamente el proceso de transición de la persona joven al mercado de trabajo. La falta de trabajo decente a temprana edad afecta las perspectivas laborales futuras y disminuye la capacidad de ahorro a lo largo del ciclo vital. El vínculo entre el desempleo juvenil y la exclusión social podría generar sentimientos de marginalización y aumentar los grados de violencia y las adicciones. Y contribuyen a anclarlos en sus contextos de exclusión, al proponerles una educación orientada a empleos informales e inestables.
Un retraso a la sociedad adulta
En resumen, el desempleo está provocando en los jóvenes un retraso en las prácticas de transición a la sociedad adulta, la situación de vulnerabilidad laboral y social a la que están sujetos los jóvenes enfrentan situaciones de gran incertidumbre en el mundo laboral, ya sea estabilidad laboral o por los bajos salarios que perciben.
La incertidumbre sobre el futuro generaría consecuencias psicosociales en los procesos de construcción de la identidad originando sentimientos negativos sobre el mundo sobre sí mismo al contemplar el fracaso.
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