Consejos útiles para incorporar a empleados con trastorno bipolar

Según datos suministrados por el Instituto Nacional de Trastornos Mentales de Estados Unidos, aproximadamente 5.7 millones de adultos, que representan alrededor del 2.7% de la población adulta de este país, se ven afectados cada año por el trastorno bipolar. Esta enfermedad puede manifestarse tanto en la infancia temprana como en edades cercanas a los 40 y 50 años, la edad promedio de aparición del trastorno bipolar es alrededor de los 26 años. Cabe destacar que el trastorno bipolar ocupa el 6to. lugar entre las causas de discapacidad a nivel mundial.

Las personas que padecen trastorno bipolar experimentan una variedad de síntomas, como cambios bruscos de humor que oscilan entre episodios maníacos y depresivos. En general, los síntomas de un episodio maníaco incluyen una actividad excesiva, inquietud, un estado de ánimo extremadamente elevado, irritabilidad, falta de concentración, necesidad reducida de sueño, juicio deficiente, gastos impulsivos, agresividad y, en muchos casos, episodios de abuso de alcohol o drogas. Estos períodos maníacos son seguidos por fases de ánimo bajo, episodios depresivos caracterizados por sentimientos de desesperanza, falta de interés, ansiedad, falta de energía, exceso de sueño o insomnio, sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia, e incluso pensamientos suicidas.

Muchos empleados diagnosticados con trastorno bipolar pueden involucrarse en comportamientos de riesgo que ponen en peligro tanto a ellos mismos como a sus compañeros de trabajo. Los trabajadores con trastorno bipolar, suelen tener más accidentes laborales, esto debido a su impulsividad durante la fase maníaca, su percepción del riesgo se reduce. Ante esta situación, surge la pregunta de cómo se puede brindar apoyo a un empleado con trastorno bipolar para que pueda manejar mejor el estrés, mantener la atención, ser más organizado y cumplir con los objetivos laborales. Algunas recomendaciones para integrar a los trabajadores con trastorno bipolar son:

Ofrecer un horario flexible: Los trabajadores con trastorno bipolar, pueden demostrarse altamente productivos durante los episodios maníacos, pero su rendimiento disminuye durante los episodios depresivos. Algunos empleadores en Estados Unidos permiten a los empleados afectados por la depresión trabajar desde casa o reducir su jornada laboral cuando sea necesario.

Otorgar pausas más frecuentes o más largas: Estas pausas pueden ayudar a las personas con trastorno bipolar a recargar energías. Sin embargo, es posible que los trabajadores tengan que compensar el tiempo mediante un aumento de horas laborales.

Establecer responsabilidades compartidas: Permitir que los trabajadores compartan responsabilidades con otros colegas puede ser beneficioso. Durante los períodos maníacos, el empleado con trastorno bipolar puede asumir más carga de trabajo, mientras que en los momentos depresivos su compañero comprensivo puede brindar un mayor apoyo.

Reducir las distracciones en el lugar de trabajo: Para ayudar al empleado con trastorno bipolar a concentrarse durante los cambios de humor, es importante minimizar las distracciones en su entorno de trabajo. Proporcionar una oficina privada, aumentar la iluminación natural y controlar los niveles de ruido son algunos aspectos a considerar.

Dividir tareas grandes en tareas más pequeñas y alcanzables: Esto facilitará la gestión de las responsabilidades y ayudará al trabajador afectado a mantenerse enfocado.

Proporcionar instrucciones por escrito: Establecer pautas claras por escrito puede reducir la probabilidad de malentendidos entre los supervisores y los empleados.

Desarrollar un acuerdo por escrito: Establecer un acuerdo formal entre la empresa y el empleado, que detalle los estándares mínimos de rendimiento y las consecuencias claras en caso de incumplimiento, puede ayudar a establecer expectativas y promover la responsabilidad.

Implementar un proceso de evaluación: Un proceso de evaluación periódica puede ser beneficioso tanto para el supervisor como para el empleado, ya que les permite identificar lo que funciona y lo que no, y realizar ajustes según sea necesario.

Mantener una comunicación abierta: Es esencial mantener una comunicación constante y positiva entre el supervisor y el empleado afectado, brindando un ambiente propicio para abordar problemas, evaluar el rendimiento y monitorear el progreso hacia los objetivos.

Evitar cambios abruptos en los procedimientos de la oficina: Para prevenir desencadenantes de episodios depresivos o maníacos, es importante evitar cambios repentinos en los procedimientos de la oficina y brindar estabilidad en el entorno laboral.

Programar reuniones periódicas: Estas reuniones permiten al empleado afectado discutir problemas, desempeño y avances hacia los objetivos laborales.

Reconocer y fomentar el trabajo bien hecho: Es importante elogiar y alentar el trabajo y los logros del empleado, pero evitando alabanzas exageradas o alejadas de la realidad.

Proporcionar capacitación en sensibilización: Capacitar al resto del personal sobre el trastorno bipolar, brindar sugerencias para adaptar el entorno de trabajo de los empleados afectados y proporcionar información relevante al supervisor puede contribuir a evitar problemas y fomentar la comprensión.

Enfrentar el trastorno bipolar en el entorno laboral puede ser un desafío significativo. Según una encuesta realizada, 9 de 10 personas con trastorno bipolar aseguraron que la enfermedad afectaba su rendimiento laboral. Aun así, mediante una combinación de terapias adecuadas y un entorno laboral favorable, es posible lograr una adaptación efectiva. Trabajando de cerca con profesionales de la salud mental y utilizando el apoyo de la red de apoyo del paciente, tanto los empleadores como los empleados afectados pueden aprender a manejar los síntomas y encontrar un equilibrio que funcione en el entorno laboral.