Dismorfia corporal y redes sociales: cómo las redes sociales afectan a la percepción de uno mismo

¿Qué es la dismorfia corporal o trastorno dismórfico corporal?

Cuando cualquier pequeño defecto físico (por ejemplo, la forma de nuestra nariz, de nuestras orejas o de nuestros labios), nos hace sentir acomplejados y ser exagerados; hasta el punto de afectar nuestra tranquilidad mental; debemos estar alertas porque pudiera tratarse de un Trastorno dismórfico corporal.

Aunque este defecto prácticamente no lo notan los demás, a nosotros nos parece que es muy evidente y por ello nos causa mucha inseguridad. Es un problema que nos limita y hasta nos impide compartir con los demás. Llevar una vida social normal, nos produce tristeza y desaliento, porque cada vez que nos vemos en el espejo, sentimos autorrechazo por nuestra imagen.

Su vida cotidiana gira en torno a cómo ocultar ese defecto físico, y esto los ocupa tanto, que se aíslan y descuidan otras actividades como los estudios o, su trabajo, por estar viéndose durante varias horas al día en el espejo.

Algunas veces, comparten la inquietud, que les produce este defecto con otras personas. Es una forma de aliviar su angustia y conseguir aceptación. 

Dismorfia corporal y redes sociales

El constante bombardeo en las redes sociales, sobre los modelos o estereotipos de belleza contemporáneos, han generado que cada día, sean más los chicos y chicas, que rechazan su apariencia física. Es una realidad que el desarrollo de aplicaciones que permiten modificar las fotografías, le causa mucho alivio a esta generación de jóvenes, en virtud que corrigen y modifican, a su gusto, aquellos defectos que no soportan.

Hoy en día, conocer personalmente a alguien, luego de ver una foto, puede ser una desconcertante realidad. Cuando se modifica o edita cualquier imagen personal, se busca la aceptación de una gran cantidad de personas, en las redes sociales. Esta actitud los sumerge en un mundo mental paralelo, que al final los obliga a realizarse cirugía y tratamientos estéticos, hasta conseguir el anhelado aspecto físico, tal cual como el de la foto.

Con todo, lo anterior nació el trastorno o dismorfia de Snapchat. Y es que algunas veces, admiramos el aspecto físico de algún ídolo nuestro y si se tiene los recursos económicos, se realiza la transformación deseado; pero ahora con esta aplicación, podemos cambiar directamente nuestra imagen, sin necesidad de un modelo externo.

La dismorfia corporal se incrementa, aún más, debido al auge y uso constante de los teléfonos inteligentes. Captar la imagen de alguien o de un grupo de personas durante un encuentro social, ocasiona (en quien padece este trastorno) una terrible aversión a ser retratado o grabado en vídeo.

Los principales síntomas de la dismorfia corporal son:

• Intranquilidad.
• Complejo de inferioridad y mucha pena.
• Miedos.
• Tristeza.
• Obsesión por buscar métodos para mejorar la apariencia.
• Compararse constantemente con otras personas y actuar como ellas, con la finalidad de evadir los propios pensamientos destructivos.
• Sentir que son el centro de atracción y hasta de burla de las demás personas y que solo se fijan por el defecto físico que tienen.

La complejidad de este trastorno es tan extendida, que los entes que regulan la publicidad, hacen un llamado de atención, para que los modelos, actores, o personas influyentes, no exageren con este tipo de filtros tecnológicos. Porque primero, no es verdad lo que muestran y segundo, están contribuyendo con el incremento de los casos TOC, en una población cuyas edades están comprendidas entre los 15 y 30 años.

La mejor terapia mental y espiritual, es aquella que nos ayuda a aceptarnos tal cual somos. Al final lo verdaderamente importante son nuestros sentimientos, valores y nuestra educación.  Nada se superpone a eso, porque contiene nuestra esencia.

Existen tratamientos para la lucha contra el trastorno dimórfico corporal, como por ejemplo la terapia cognitivo-conductual, que es realizada por un psiquiatra, con la intención de ayudar al paciente a determinar y cambiar, su forma negativa de pensar. Y canalizar la ansiedad, por ejemplo, de verse al espejo constantemente; con otras alternativas, como realizar actividad física, buscar una actividad relajante como pintar o cantar.