El estudio del significado del trabajo es un tema de interés que, en las últimas décadas, ha generado un gran volumen de investigación psicosocial. El énfasis en su estudio viene justificado, fundamentalmente, por su impacto sobre la conducta.
Cuando pensamos en nuestro trabajo podemos encontrarnos ante dos grandes posicionamientos: por un lado, aquellos que consideran su actividad laboral como un área totalmente central en su vida, señalando aspectos como la vocación, el aprendizaje, la percepción de capacidad y autovalía, la ambición y los retos hacia una mejora continua, entre muchos otros. Por otro lado, también contamos con un posicionamiento más instrumental, relativizando la centralidad del área laboral, en comparación con el resto de sus áreas vitales, y percibiendo esta como una mera herramienta lucrativa. El significado que tenga para nosotros el trabajo puede llegar a convertirse en un elemento crucial en nuestro desempeño, y también en nuestro bienestar laboral.
El significado del trabajo
El estudio del significado del trabajo es un tema de interés que, en las últimas décadas, ha generado un gran volumen de investigación psicosocial. El énfasis en su estudio viene justificado, fundamentalmente, por su impacto sobre las conductas individuales, grupales, organizacionales y societales.
En 1992, Marisa Salanova, doctora en Psicología y catedrática de Psicología Social en la Universitat Jaume I de Castellón, define el significado del trabajo como un conjunto de creencias, valores y actitudes (de las personas) hacia el trabajo (que poseen las personas). Este significado se aprende antes (socialización para el trabajo) y durante el proceso de socialización en el trabajo, y varía en función de las expectativas subjetivas y de aspectos situacionales que se producen en el contexto laboral y organizacional.
En este punto, aspectos como la centralidad del trabajo (grado de importancia que tiene el trabajo en la vida de una persona), las normas societales y creencias sobre el trabajo (valoraciones normativas acerca del trabajo, justicia relativa al mundo del trabajo, posicionamiento sobre los deberes y derechos de los empleados y de la sociedad con respecto al trabajo) y los valores y metas laborales (aspectos o características del trabajo que son importantes para una persona y que preferiría encontrarse en su trabajo), se convierten en dimensiones muy relevantes en el posicionamiento de una persona en cuanto a su significado del trabajo.
Hasta ahora, la construcción de nuestro significado del trabajo ha llevado a una amplia controversia, diferenciando a los defensores de la idea de que el significado del trabajo se configura durante la infancia, momento en el que se va forjando la personalidad y se adquieren una serie de valores sobre el trabajo difícilmente cambiables (valores transferidos de padres a hijos, y que permanecen estables a lo largo de la vida), y la tesis contraria, que considera que el significado del trabajo es producto de la experiencia laboral. Este se formaría en función de las experiencias que va encontrando cada persona en su ambiente laboral, por lo tanto, pueden variar a lo largo de la vida.
Pieter Johan Diederik Drenth (1991), propone un acercamiento interactivo que combina las dos teorías anteriores. Según este autor, se reconoce que los valores son profundamente establecidos a través de la educación en la infancia y adolescencia, y tienen un efecto duradero en la personalidad del individuo. Asimismo, los individuos adaptan y modifican esos valores en función de las diferentes fases y las diferentes situaciones sociales que van afrontando a lo largo de la vida.
Patrones de significado del trabajo
En general, los patrones de significado del trabajo se pueden clasificar en dos grandes grupos en función de la importancia y centralidad del trabajo (Cherrington, 1980; Furham, 1990).
Patrones pro-trabajo. Patrones caracterizados por una orientación motivacional intrínseca hacia el trabajo con una alta valoración y centralidad de este.
Las personas con un patrón pro-trabajo conciben esta actividad como muy importante en sus vidas, mostrando una actitud motivada y entusiasta ante su actividad laboral.
Patrones anti-trabajo. Dentro de este patrón, el trabajo tiene poca o ninguna importancia en la vida de las personas, atribuyéndole adjetivos negativos.
Este patrón agrupa a personas con baja satisfacción laboral, y poca motivación y entusiasmo.
Conclusiones
El trabajo es una de las actividades de la vida adulta en las que invertimos una gran parte de nuestro tiempo, y también un área en la que experimentamos momentos satisfactorios y, también, de un elevado estrés e incertidumbre.
Encontrar “el trabajo de nuestros sueños” no es una tarea sencilla, pero contamos con algunos aspectos, tanto intrínsecos como extrínsecos, que podemos tener presente a la hora de buscar, mantener o abandonar un determinado puesto de trabajo. En lo que refiere a los aspectos intrínsecos (personales) caben destacar nuestra actitud, motivación, vocación, ganas de aprender, constancia, responsabilidad, disciplina o nuestra creencia de capacidad y autovalía en el área laboral, como elementos que pueden favorecer nuestro bienestar en el trabajo. Por otro lado, elementos extrínsecos como la satisfacción con nuestro sueldo, horario laboral, seguridad en el trabajo, calidad del contrato laboral, relación con los compañeros o con nuestros jefes, son también elementos fundamentales que marcarán una hoja de ruta en nuestro actual puesto de trabajo.
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