El síndrome de resignación, una enigmática alteración, ha venido afectando a la población infantil y adolescente refugiada en Suecia durante décadas.
El síndrome de resignación, una enigmática alteración, ha venido afectando a la población infantil y adolescente refugiada en Suecia durante décadas. Fue en 1958 cuando la psiquiatra sueca Anna-Lisa Annel describió este síndrome como un trastorno inusual que aparecía principalmente tras traumas psicológicos severos.
No fue hasta 1998 que Suecia documentó el primer caso de este síndrome, caracterizándolo como un trastorno crónico que afecta a niños y adolescentes traumatizados psicológicamente, en medio de procesos migratorios. En el año 2014, la Junta Nacional de Salud y Bienestar de Suecia, fue quien oficialmente reconoció el síndrome de resignación como un diagnóstico independiente. En Suecia, a los niños y adolescentes que sufren este síndrome se les conoce coloquialmente como "niños apáticos".
¿Cómo se manifiesta el síndrome de reasignación?
Este síndrome de reasignación se manifiesta con un inicio depresivo que evoluciona hacia una apatía extrema, inmovilidad y mutismo sin una causa biológica evidente. Primero, se observa una reducción de los patrones de comportamiento habituales, actividades diarias y motivación. Posteriormente, los niños o adeolescentes caen en un estado de catatonia, similar a un coma, que puede durar algunos meses o años, permaneciendo inertes e inmóviles.
La doctora voluntaria Elisabeth Hultcrantz sostiene que los casos de este síndrome surgen cuando se les informa a los inmigrantes que se les ha denegado el asilo y deben retornar a sus países de origen. Esto podría ser un factor desencadenante crucial en la generación de este síndrome, posiblemente vinculado a un trauma cerebral. Otros expertos también coinciden en señalar que experiencias traumáticas son un prerrequisito para el desarrollo de este síndrome, siendo la amenaza de deportación al país de origen una de las causas principales.
Investigación reciente sobre el síndrome de resignación:
- En 2019, Hultcrantz y Knorring llevaron a cabo un estudio con 46 niños afectados por el síndrome de resignación. Destacaron que todos los niños solicitantes de asilo que desarrollaron este síndrome en Suecia habían sido expuestos a traumas, persecuciones y violencia.
- Además de vivir en situaciones difíciles y traumáticas, se observó una vulnerabilidad individual. En este estudio, no todos los menores de una misma familia se vieron afectados por el síndrome. Así mismo, la mayoría de los niños y adolescentes contaban con antecedentes de enfermedad mental, trastorno de estrés postraumático y depresión.
- Otras características comunes en estos niños eran su pertenencia a minorías étnicas reprimidas y perseguidas, provenientes de áreas como los Balcanes, la antigua Unión Soviética, Yugoslavia o Siria.
- La edad promedio de aparición de los primeros síntomas era a los 11 años, y en la mayoría de los casos, los niños entraban en este estado después de que sus familias fueran informadas sobre una inminente deportación.
- Los menores que experimentaban este síndrome a menudo eran aquellos que habían sido líderes en sus familias, actuando como traductores, o quienes habían vivido las experiencias más traumáticas en sus países de origen, como violencia o asesinato de uno o varios miembros de su familia, o incluso siendo víctimas ellos mismos.
Este síndrome de resignación, suele manifestarse en niños o adolescentes alrededor de los 11 años y principalmente está relacionado con experiencias traumáticas. Si bien se han registrado pocos casos de niños y adolescentes con síntomas similares en otros países, en Australia, por ejemplo, se ha observado un síndrome muy similar en niños y adolescentes solicitantes de asilo y refugiados que habían pasado un tiempo en la isla de Nauru.
Además de la relación con traumas pasados y la amenaza de deportación, las causas precisas de este síndrome y la razón de su aparición exclusiva en este país aún no se comprenden completamente. Se ha mencionado la influencia de factores sociales y culturales en la enfermedad (culture-bound).
Un caso conocido de hermanas afectadas por el síndrome de resignación es el de Djeneta e Ibadeta, refugiadas de Kosovo, cuya fotografía ganó el concurso de fotoperiodismo World Press Photo en 2018. Djeneta llevaba 2 años y medio en cama sin responder, mientras que su hermana Ibadeta había estado en un estado similar durante más de seis meses.
Debido a las numerosas incógnitas que rodean al síndrome de resignación en niños, es fundamental realizar más investigaciones para ofrecer tratamientos más específicos y precisos a niños y niñas como Daria, Karen o Leyla.
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