El trabajo o yo. Claves para prevenir una baja laboral

¿Has estado alguna vez de baja? Hay a quien le cuesta horrores aceptar este derecho, mientras que, por otro lado, dicen las malas lenguas que otras personas lo usan con facilidad y a la ligera. Varias de las personas que vienen a mi consulta están de baja por ansiedad o depresión, quizás de los motivos más frecuentes y también más juzgados. Nos creemos con el derecho de opinar sobre qué motivo es más merecedor para optar a la baja y así otorgamos los adjetivos de persona fuerte, débil, seria u holgazana según el porqué deja de trabajar. En este artículo vamos a reflexionar sobre este tema y lo consolidaremos en claves para prevenir una baja laboral.

¿El trabajo dignifica?

El trabajo ocupa la mayor parte de nuestro día a día y a través de él, muchas veces (quizás erróneamente), nos valoramos y validamos. Hay muchas creencias que nos mueven acerca del trabajo duro, del compromiso y de la responsabilidad. Muchas veces nuestro trabajo, nos guste o no, responde a “eso que hacemos” durante el día, sintiéndonos útiles por ello.

Es por eso que, cuando empezamos a plantearnos nuestras necesidades, más allá de las económicas, cuando reflexionamos sobre el sentido de nuestras vidas, cuando balanceamos nuestra satisfacción personal, nuestro empleo puede ser ese “grano molesto” que nos impide ser felices y con el que nos hemos casado, si no esclavizado. Dejarlo no lo vemos como solución, ya que entra en juego el sabor del fracaso y el miedo económico.

En el trabajo pasamos horas y horas, dejando de hacer otras cosas, pero es que, además, son tantas las personas que al fin de su jornada legal siguen trabajando, quedándose aún más horas o llevándoselo a casa, que todavía reducen más su tiempo de vida personal, familiar y de ocio. En el trabajo vamos invirtiendo energía y muchas veces desgastando nuestra vitalidad. Esto hace que entremos en la ruleta rusa del estrés. La mala o imposible gestión del tiempo, todo lo que queremos hacer y no podemos, todo a lo que no damos importancia y luego nos arrepentiremos, acaba estallando como una olla a presión si no conseguimos crear un equilibrio.

Ciertamente, estoy enfocando la parte más dura y, está claro que no todo el mundo lo lleva igual.

El trabajo o yo

Entonces llega ese momento en el que nuestro cuerpo dice basta.

Un conflicto externo que nos derriba emocionalmente, haciendo muy difícil trabajar eficaz y adecuadamente. Un conflicto en el trabajo que nos hace explotar, desembocando en un ataque de pánico. Baja concentración. Despistes. Un accidente (laboral o no) que nos impide continuar con el mismo ritmo. Una bajada de defensas que nos lleva a un virus de que necesitamos guardar descanso (Gracias al COVID-19 ahora hay mayor conciencia sobre el no contagio y nos cuesta menos no ir a trabajar cuando es por este motivo).

A veces, la responsabilidad es tal que, hay quienes ceden su periodo vacacional o fin de semana para permitirse y superar los distintos achaques que en el día a día se iban acumulando, pero no se podían mostrar ni menos parar.

Según tu capacidad de expresar, tus ambiciones y estilo de vida, esto será posible sostenerlo más o menos en el tiempo sin generar una crisis mayor.

Un círculo vicioso. No trabajar o Estar de baja nos estresa

Sin embargo, siempre estarán esas voces, muchas de ellas en tu cabeza, que te dicen que, aun así, puedes con todo y debes trabajar.

Entonces cuando paramos nos damos prisa para recuperarnos. Nos culpabilizamos. No nos permitimos el descanso y la introspección necesaria. Nos sentimos inútiles. Empezamos a creer que perdemos práctica y nos adentramos de nuevo en el miedo. Miedo al qué dirán. Miedo a no encajar tras este tiempo. Miedo a no ser tan eficiente. Miedo al despido. Miedo a volver.

Así, si bien una baja laboral es totalmente lícita y necesaria para recuperarnos, llegamos a ella por fuerza mayor, generando sentimientos encontrados.

Y sí, habrá a quien no le genere tanto estrés, tenga más claro que coger la baja está en su derecho y lo use de forma más fácil. Estos quedarán bajo el juicio y la crítica del resto, siendo un escenario no muy amable.

Sea como fuere, invito a no juzgar.

Claves para prevenir una baja laboral

Así, llegamos al punto de reflexionar sobre qué podemos hacer para prevenir una baja laboral:

No lo demonices. Reconoce que es un derecho y puedes usarlo si lo necesitas.

Conciencia de vida. No des tu vida al trabajo, eres mucho más que eso.

Pilares. El trabajo es un área más de tu vida, observa, refuerza y crea equilibrio entre el resto de elementos que componen tu día a día.

Gestión del tiempo. Busca un equilibrio en tu vida para estos pilares. Tu tiempo personal, familiar y de ocio son fundamentales. Llegar a ellos en buen estado, imprescindible.

Expresa y canaliza. Permítete tiempo para ti, para soltar el estrés y expresar lo que te sucede en el día a día, tanto a nivel laboral como en otros aspectos.

Asertividad y límites. Entrena la asertividad para poner límites, decir que no, no llevarte tareas a casa, pedir ayuda y expresar aquello con lo que estás en desacuerdo y lo que necesitas.

Conciencia personal. Pregúntate cómo estas, escucha a tu cuerpo y no pases por alto pequeñas señales de aviso que te invitan a bajar el ritmo, buscar un cambio o cambiar de dirección. Si las detectas, trabaja sobre ello!