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Un chisme, cotilleo o rumor básicamente es afirmar de forma general que un hecho existe, sin tener la información concreta para poder confirmar su veracidad. Lo más distinguible de un rumor, es la sencillez con la que puede circular sin tener ninguna prueba que lo avale. Cuando existe una vinculación maliciosa al rumor, se convierte en un chisme, que suele tener la característica de dar predisposición a un enfrentamiento contra otra persona. O sencillamente es algo que se murmura de alguien de una manera negativa.
Algunos ejemplos para que podamos entender un poco mejor:
En definitiva, en lo que respecta al chisme y el rumor, son formas de atacar a alguien y tienen en su mayoría de las veces bastante éxito, el cotilleo busca ensalzar la popularidad o dignidad de alguna persona que posea algún atractivo físico, intelectual, profesional o social. Ciertamente, podemos decir que el rumor es un ataque que con toda intención busca la destrucción, faltando intencionalmente a la verdad y el cotilleo se basa en pequeños hechos reales.
Es habitual, hasta cierto punto, que los cotilleos surjan de una manera espontánea, básicamente porque la mayoría de las personas trabaja todos los días del año con un círculo de influencia en el que comparten con las mismas personas. Sin embargo, ciertos “comentarios inocentes” que pueden darnos un poco de entretenimiento para pasar de una forma más amena esas jornadas diarias, realmente pueden ser perjudiciales o muy negativas para el ambiente laboral, porque afectan directamente la convivencia, relaciones, y productividad entre sus trabajadores. Expertos en psicología dicen que en su mayoría suelen ser informaciones infundadas, poco fiables, con características de críticas negativas hacia otros, que a partir de allí generan consecuencias negativas, entre ellas la desconfianza, individualismo, competitividad poco sana, incertidumbres, tensiones, etc.
Es evidente que todos somos seres de una sociedad y el cotilleo forma parte de otros cientos de maneras con la que contamos para poder interactuar y comunicarnos entre nosotros. Pero sin duda alguna pueden afectar de forma muy negativa el ambiente laboral, generando respuestas poco razonadas, impulsivas e instintivas que suelen ponernos a la defensiva ante posibles “ataques” o “peligros”. Por ejemplo, un cotilleo de una posible enfermedad de transmisión sexual (ETS) contagiosa de forma externa puede generar miedo, estrés, inseguridad, y hasta ansiedad de estar en el lugar. O también un posible ERE en la empresa, este tipo de escenarios produce reacciones en los trabajadores poco favorables para el ambiente de trabajo, ya que puede generar hasta sentimientos “contagiosos”: agresividad, competitividad, impulsividad, que por consecuencia puede afectar el resultado de cada trabajador individualmente o de forma colectiva.
Hay que tomar en cuenta que dichos cotilleos, aparte de ser en su mayoría de las veces algo negativo, si se saben usar de forma inteligente pueden ser una manera de también afectar positivamente el ambiente laboral. Ejemplo, ensalzar el trabajo bien hecho de los trabajadores, generando una respuesta positiva en la autoestima de los mismos, mejorando el resultado gracias al deseo inherente de destacar en su área de trabajo.
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