Cuando hablamos de padres tóxicos, nos referimos a aquellos padres que por diferentes razones, sus patrones comportamentales vienen de raíces de su pasada infancia. Ya sea por motivos a una incorrecta crianza, carencias emocionales o ausencias.
Cuando hablamos de padres tóxicos, nos referimos a aquellos padres que por diferentes razones sus patrones comportamentales vienen de raíces de su pasada infancia. Ya sea por motivos a una incorrecta crianza, carencias emocionales o ausencias. También puede ser por una actitud de aprendizaje visual de sus mismos padres como método de repetición. Al tener estos comportamientos, los padres tóxicos desarrollan a hijos frustrados, dolientes, carentes o codependientes. Buscan llenar sus vacíos y carencias emocionales hacia sus hijos.
Estos padres tóxicos no suelen identificar sus propios comportamientos, es decir, no suelen ellos de forma voluntaria buscar la ayuda profesional, sino, en la mayoría de los casos, ser los hijos los que buscan la ayuda o los padres tóxicos para intentar buscarle solución o cambio a su hijo, ya que perciben comportamientos “negativos” en ellos.
Algunas características de los padres tóxicos son:
- Sobreprotección. Evitan dar libertad a su hijo, existe exceso de control o procuran realizarle cualquier tarea o responsabilidad por él.
- Egocentrismo o Narcisismo. Esto puede ser un rasgo de algún trastorno de personalidad, lo cual suele ser común en dichos padres. Son personas que les cuesta empatizar con las emociones y necesidades del niño. Solo buscan su propio bienestar
- Autoritarios o manipuladores. Existe rigidez en sus normativas, poca flexibilidad, se sienten seguros si todo sale como ellos desean que ocurra. Pueden manipular emocionalmente a su hijo con tal de obtener lo que desea alcanzar o lograr.
- Complacientes. Para ellos no existen límites, buscan agradar a su hijo en todo. Los caprichos y la libertad en exceso es su gran característica.
Los resultados de una crianza con un padre tóxico pueden ser fatal para el niño afectado, ya que puede desarrollar dependencia emocional en su juventud y adultez, será un adulto inseguro e incapaz de lograr sus propósitos de vida, puede repetir los mismos patrones en sus próximos hijos, serán niños frustrados, ansiosos o depresivos, en algunos casos con ideas suicidas y buscarán la libertad perdida de formas incorrectas.
Si has identificado que tú pudieras ser un padre tóxico, o que eres un hijo de padres tóxicos, es importante que pronto busques ayuda de un profesional de la salud mental y aprendas a sanar esas heridas y trabajar en tu comportamiento.
Queremos ayudarte a superar los problema que existen en tu entorno familiar. Si nos aportas más información sobre tu
situación podremos entender mejor lo que pasa en tu relación: