Autor:
Ana Viladomiu Jover
¿Cuántas veces has dudado de lo que estás sintiendo? ¿Cuántas veces te has sentido mal por no tener claro en qué punto te encuentras? ¿Cuántas veces has vivido de forma desagradable sentirte atraído/a por otra persona teniendo pareja?
Es importante diferenciar entre atracción, enamoramiento y amor. Se considera que la atracción es aquella sensación de fuego hacia alguien. El enamoramiento es esa atracción junto a las expectativas imaginarias que ponemos en esa persona. Todo lo que nos imaginamos con esa persona es lo que alimenta el enamoramiento. Cuando estamos en esa fase secretamos una hormona, la dopamina, que provoca que tengamos menos sueño, menos hambre, más energía e incluso más ganas de sexo. Tenemos la cabeza prácticamente alienada, solo pensando en esa persona.
Existe una transición del enamoramiento al amor. En el momento en que el enamoramiento disminuye puede aparecer el amor. El amor nace cuando baja el enamoramiento y ves que esa persona que está ahí contigo te gusta, te conviene y es recíproco. Pero, ¿es posible sentir amor sin pasar por esa locura descomunal que nos lleva a sentir ese subidón? El enamoramiento no es algo imprescindible para llegar al amor. Se puede llegar al amor sin ese subidón de dopamina.
Si nos hubieran educado en un espacio con más libertad para sentir, quizás no nos obsesionaríamos por el hecho de sentir cierta atracción por alguien que no es nuestra pareja. Hemos crecido aprendiendo del modelo monógamo y nos han explicado que cuando amamos a alguien de verdad el resto del mundo desaparece y eso acostumbra a ocurrir solo en la fase de enamoramiento. Cuando el nivel de dopamina no es tan elevado, seguimos viendo al resto del mundo. Hay gente que sigue viendo el resto del mundo teniendo una relación de pareja construida y puede sentir atracción por otra/s persona/s. Eso puede provocar muchísima ansiedad en la persona que lo siente, dado que el hecho de vivir algo tan prohibido hace que muchas veces la obsesión sea mayor y se viva como algo horrible.
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