La mayoría de personas han pasado por una o varias rupturas amorosas. Hoy en día son muy pocas las relaciones duraderas, quien ha experimentado una ruptura y la ha sabido superar con el tiempo, no tiene garantía de que esto no le volverá a pasar.
Las relaciones de pareja son un reto integral para todo ser humano, pues el entrar en conexión íntima con una persona totalmente distinta a ti requiere la capacidad de desear conocer al otro con la finalidad de decidir si realmente nos sentimos cómodos...
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Las gratificaciones se refieren a la cantidad de afecto o intercambios positivos que se dan entre la pareja. La tasa de intercambios positivos es recíproca, lo que quiere decir que las parejas invierten en la relación según las gratificaciones que reiben.
Cuando la pareja ha atravesado una crisis de infidelidad, puede ser un momento muy doloroso. Se dice que la persona que fue traicionada puede experimentar síntomas muy parecidos al trastorno por estrés postraumático.
Todas las parejas experimentan periodos de crisis, las cuales pueden ser más extensas o más cortas. Durante esta época la pareja puede llegar a preguntarse si ¿realmente ama a su pareja?, si ¿sus sentimientos hacia él o ella han cambiado?
El enamoramiento es esa atracción junto a las expectativas imaginarias que ponemos en esa persona. Todo lo que nos imaginamos con esa persona es lo que alimenta el enamoramiento.
Cuando se produce una ruptura de pareja no sólo nos enfrentamos a la pérdida de la persona amada sino también nos enfrentamos a la pérdida de ilusiones, sueños, amigos en común, estabilidad, expectativa de futuro, etc.
Los problemas de comunicación son uno de los puntos más comunes y repetidos en las terapias de pareja, a pesar de que la pareja no lo exprese abiertamente o vaya de primera a decirlo como uno de los problemas de la relación.