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El trastorno delirante no es más que un desorden psicológico, caracterizado por la existencia de pensamientos delirantes que están totalmente aislados de la realidad.
Para diagnosticar la presencia de trastornos delirantes los profesionales deben tomar en cuenta la presencia de estos pensamiento durante un periodo de tiempo mayor a un mes y que la aparición de delirios no sea consecuencia del consumo de alguna droga, fármaco, sustancias tóxicas o por otro tipo de enfermedad mental.
La persona con trastorno delirante tiene la convicción de que sus pensamientos son reales, incluso pueden llegar a pensar que otra persona quiere hacerles daño, sin ser esta situación verdadera. Este tipo de patología puede manifestarse en una persona hasta el final de sus días, pues son muy difíciles de tratar.
Las ideas o pensamientos delirantes son muy distintos en cada persona que lo padece, en general son pensamientos paranoicos íntimamente relacionados con persecución, acoso, delirios de grandeza e hipocondría, infidelidad de parejas (sin un origen real) y creencia erradas de lo que los demás piensan de ellos.
Este tipo de trastorno puede aparecer en cualquier momento de la vida de una persona, muchas veces debido a cualquier experiencia o acontecimiento que afecte de manera importante su estabilidad psicológica, exteriorizando un estado de ánimo violento y de furia que en algunos casos se desencadena en episodios agresivos.
En general, la vida social y laboral de las personas con esta patología no se ve afectada a menos que comiencen aparecer estas ideas delirantes en estos ambientes. Su comportamiento común es discreto, esquivo y no conversan acerca de su condición.
Para estas personas sus razonamientos están argumentados y tiene mucha lógica, aun cuando en realidad sus reflexiones no tienen ninguna conexión.
En el caso de delirio de persecución, es uno de los más comunes de este trastorno, donde la persona solo piensa que lo están observando, acechando, perseguido, espiando y además que alrededor de su vida hay un complot en su contra.
Otro tipo de delirio frecuente es el de grandeza, en el cual la persona está plenamente convencida de que es un ser valioso, primordial e importante, se considera una persona famosa, talentosa y popular.
En el delirio somático están incluidos aquellos pensamientos que afectan la impresión sobre ellos mismos, sobre su cuerpo, llegando a creer que tienen mal olor corporal, que tienen defectos físicos que se agudizan descontroladamente.
Otro tipo de delirio es el erotomaniacos, en este caso las personas tienen la creencia ficticia y constante de que otra persona tiene sentimientos de amor apasionados hacia ellos. Generalmente, se presenta en mujeres, llegando a creer que recibe señales o mensajes de esa persona importante que la ama.
Por último, están los que padecen de delirios de celos, en este caso la persona constantemente piensa que su pareja amorosa comparte con otras personas de manera sentimental y le es infiel, fundamentándose en suposiciones erradas y falsas.
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