La violencia de género tiene diversas manifestaciones, incluyendo la que aparece en la vida de pareja, así como se hace presente en el ámbito laboral.
La violencia de género tiene diversas manifestaciones, incluyendo la que aparece en la vida de pareja, así como se hace presente en el ámbito laboral. Lo grave de este tipo de violencia es que se presenta de forma invisible, suele denunciarse poco, es necesario aprender a identificarla y a controlarla si se sufre o se presenta esta situación.
Las principales manifestaciones de la violencia de género vienen del acoso sexual y el acoso por razón de sexo, en un gran porcentaje lo sufren más las mujeres que los hombres. Es un tipo de violencia donde se hace evidente la desigualdad por razón de sexo que existe en la sociedad y el ambiente laboral. Todo comportamiento de naturaleza sexual generada en la dirección y en el ámbito organizacional de una empresa, ejecutado por una persona que sabe y conoce que es ofensivo con su víctima, determina una situación compleja que afecta la relación laboral y las condiciones de trabajo, creando un entorno de trabajo hostil, ofensivo, humillante o intimidante.
También existe el acoso sexista o por razón de sexo, esta acción u omisión está vinculada al género, es decir, con el grupo de estereotipos sociales y culturales amarrados al sexo, especialmente, los relacionados con situaciones de asunción de otras cargas familiares o situaciones de embarazo y maternidad, que intenten atentar contra la dignidad de un hombre o una mujer, mediante la creación de un ambiente degradante, ofensivo e intimidatorio. Según estudios realizados, se comprobó que en un 18% de las agresiones por acoso sexual se manifestaban de alguien dentro del ambiente laboral y un 40% de las mujeres mayores de 16 años han padecido de acoso sexual.
Las ocupaciones y sectores más feministas, demuestran mayor cantidad de violencia hacia las mujeres en el ambiente laboral. Son factores de relevancia, ya que propician situaciones de poder patriarcales, este tipo de violencia abarca todo tipo de cargos y profesiones. Existe crisis social y económica que está incrementando el trabajo precario, con el riesgo de que los trabajadores sufran de acoso por razón de sexo y acoso sexual. Las realidades modernas laborales exigidas han aumentado los riesgos como, trabajo nocturno, solitario y flexible, así como puestos de trabajo aislados.
Violencia de género en el ámbito laboral
Es indudable que pasamos gran parte de nuestro día a día en nuestro ámbito laboral y es por esto, que las empresas tienen el deber de hacer de su ambiente laboral, espacios de una convivencia saludable. Las empresas tienen un papel fundamental en la erradicación y prevención del acoso de género, son agentes de cambio.
Concienciar contra el acoso de género: concienciar de forma interna y externa. Con respecto a concienciar al exterior se puede ejecutar mediante la sensibilización social, en lo interno, se pueden realizar charlas, grupos de discusión, talleres y proporcionar mecanismos de diálogos con los empleados. Es importante implementar protocolos contra la violencia y el acoso, para ubicar los casos de acoso de género entre el personal de la empresa y ofrecer la ayuda correspondiente.
Para detectar el acoso de género, se pueden establecer mecanismos de alarma si se hace presente, retrasos, estrés laboral, ausencias injustificadas, baja productividad, etc. El acoso suele provocar depresión, baja autoestima, cansancio, hasta algún tipo de lesiones que sean visibles. En el departamento de Recursos Humanos, se puede nombrar una persona que se encargue de generar conciencia y ejecutar un protocolo interno, que permita actuar de manera precisa y garantice la confidencialidad y privacidad de los empleados que sufren de acoso de género.
Los mecanismos a utilizar, se deben establecer frente a la comunicación del acoso de género y este dependerá de la urgencia del daño del acoso. Es de gran importancia recordar que los mecanismos de igualdad deben servir para promover beneficios a los trabajadores que han sido víctimas de acoso de género.
Las empresas no deben ser simples espectadores frente al acoso de género, estas son agentes sociales implicados en la sociedad. Se pueden establecer estrategias de sensibilización contra el acoso de género, siendo de importancia la elaboración de protocolos que garanticen el correcto acompañamiento de las personas que la sufren.
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