¡Fuera las mascarillas!, pero ¿para siempre?

Ya en artículos anteriores leímos sobre el “síndrome de la cara vacía o cara al descubierto” que según psicólogos españoles se estará dando a partir del 26 de junio, día en que para 
muchos continuará su vida “anterior”. Lo que tenemos que tener en cuenta es que al  quitarnos la mascarilla no volveremos a nuestra versión prepandemia, sino que 
seguiremos siendo quienes aprendimos a ser después de toda esta catástrofe mundial. 

Por otro lado, no debemos dejar de normalizar todas las emociones, pensamientos y sensaciones físicas que se presentan y que pueden ser leídas como síntomas psicológicos a causa de este “síndrome”, que es justamente eso, una serie de síntomas relacionados con la ansiedad y el miedo que serán totalmente normales en la mayoría de las personas, ya que luego de tener puesta durante un año y medio la mascarilla seguramente tengamos alguno de los síntoma físicos, cognitivos o conductuales que enumera este Síndrome. 

Debemos tener en cuenta que estos síntomas deberían regularizarse con el paso de los días y las semanas en las cuales nos iremos adaptando a la nueva realidad. En el caso que esto no ocurra y que estos síntomas empeorasen y persistieran lo mejor será consultar con un especialista en Psicología para que nos oriente y pueda ayudarnos a pasar este proceso, que como en todo cambio donde hay una pérdida es similar a un duelo, ya que ganamos estar sin mascarilla, pero dejamos la protección que nos proporcionaba. Que se desencadenen o no síntomas dependerá de la personalidad de cada individuo de sus vulnerabilidades, su estilo de afrontamiento ante una situación nueva, su capacidad de adaptación y resiliencia a la hora de resolver situaciones, ya que en cierto punto genera incertidumbre porque no sabemos cómo continuará todo esto con el paso del tiempo. Habrá muchas personas que por distintos motivos tendrán miedo a quitarse la mascarilla y seguramente elegirán continuar utilizando como en Japón donde las personas desde antes de la Pandemia ya utilizaban las mascarillas por motivos de preservar la salud. 

Seguramente, muchos optarán por continuar su uso por diferentes motivos, pero sí debemos pensar en consultar con un profesional si los síntomas de miedo y ansiedad aumentan con el tiempo. Este síndrome que denominaron “cara vacía” es solo un conjunto de síntomas que tan solo son la punta de un iceberg que se irá viendo con el tiempo su profundidad real y sus costos a nivel salud mental, ya que como todos sabemos la Pandemia aún continúa y en lugares como Israel donde se había quitado el uso de la mascarilla nuevamente se está volviendo a utilizar. Por lo que deberíamos pensar en que los cambios que sucedan pueden durar un tiempo e intentar tener pensamientos positivos y flexibles acerca de esto, ya que nuestro cerebro necesita certeza y este contexto no nos da ninguna por lo que será mejor ir con cautela y anticipándonos a que estaremos en constante cambio para evitar luego caer en una depresión si la situación vuelve hacia atrás.