El miedo a cambiar de trabajo es un pensamiento que puede paralizar a más de una persona, solo pensar en este hecho puede resultar en una interferencia a nivel psicológico
El miedo a cambiar de trabajo es un pensamiento que puede paralizar a más de una persona, solo pensar en este hecho puede resultar en una interferencia a nivel psicológico. En ciertos casos, una persona puede estar insatisfecha en su empleo, pero no se atreve a dejarlo por el miedo a lo que esto pueda conllevar. Sin embargo, a otras personas no les cuesta tanto pensar en cambiar de trabajo ni lo ven como un conflicto, este tipo de persona es decidida y no se siente amenazada en su futuro profesional. Otras personas más que decididas son del tipo impulsivas, se manejan con rapidez y muchas veces tienen poco tiempo de plantearse si han tenido miedo o no.
El trabajo es algo serio, ciertamente no es algo que se deba dejar a la ligera, más cuando se necesita una estabilidad económica, y esta estabilidad económica influye en nuestro círculo familiar y social. Cambiar de trabajo implica abrirnos a nuevos ambientes llenos de incertidumbre. Esto también implica un estrés de cambiar de espacio, compañeros, tareas, responsabilidades, son novedades, que en un comienzo, pueden causar pereza, desgaste o miedo.
Cuando decidimos cambiar de trabajo, sentimos algo de miedo, pues no es igual sustituir un empleo por otro, es decir, de una forma controlada, decidida por nosotros mismos, que dejar el trabajo sin tener alguna otra alternativa de ingresos. Al igual que tampoco se puede comparar la situación a cuando somos despedidos de manera repentina. La energía que utilizamos para invertir en un proceso de cambio de trabajo es la que enfocamos a esta situación, por otro lado, estarán las exigencias en sí del propio proceso. Cuando realizamos un cambio importante en nuestro entorno profesional, como lo es cambiar de trabajo, entramos en un trayecto exigente y largo, periodos de silencio en los cuales no conocemos si será aceptada nuestra candidatura. Influyen también otros factores cuando estamos en búsqueda de un nuevo empleo, como por ejemplo, cuanto deseemos un puesto nuevo, lo que necesitamos y cómo estamos en esa actualidad.
Es de hacer notar que también influye nuestro tipo de personalidad, pues hay personas que son ansiosas, preocupadas e impacientes, otras que son más relajadas o que se sienten con mayor confianza en ellos mismos. Las primeras tienen mayor probabilidad de pasarla peor en la situación de cambio de empleo. Se debe tener en consideración que no es igual la situación de estar desempleado a tener un empleo, es evidente que si se tiene un empleo, no se puede dejar precipitadamente, se deben analizar vías alternativas poco a poco. Algunas formas de analizar el cambio laboral deberían incluir:
Pensar en lo que nos gusta
Si tenemos muchos años de experiencia realizando un trabajo, muy seguramente tengamos claro cuál es el tipo de trabajo que deseamos realizar. Aun así, puede que no sepamos qué queremos hacer o en algunos casos tenerlo muy claro, pero por comodidad o miedo a salir de la zona de confort, no nos atrevemos a dar el paso al cambio.
Aceptar y canalizar el miedo
El miedo es el culpable que no intentemos buscar un mejor empleo y que deseemos estar en una zona que consideramos un confort, de esta manera nos quedaremos estancados. Los cambios son necesarios, la problemática viene con la connotación negativa que tienen, tendemos a asociar la palabra cambio con fracaso, incomodidad e incertidumbre. Y no tiene que ser así, los cambios no tienen que ser negativos, por el contrario, los cambios pueden ser para mejorar, teniendo en cuenta siempre cuáles son los riesgos, puede ser una situación saludable.
Alguna carrera a medias
Con el pasar de los años de vida laboral, cabe la posibilidad que nos percatemos de lo que realmente nos gusta y que nos apasiona más. Hay que pensar donde nos vemos trabajando en 15 años, un empleo que realmente nos guste. Si no tenemos esto claro, podríamos realizar una selección de esos trabajos que tienen mejor salida profesional, tomando en cuenta nuestra edad y de todas las posibilidades con las que estemos cómodos.
Imaginar nuestro empleo ideal
A veces el cambio en un trabajo se desea por un tema económico. Ante una entrevista de trabajo hay que ir preparado ante las dudas que surjan e ir con ideas claras de lo que se desea. El horario, el entorno laboral, la conciliación, el sueldo, el desarrollo personal y profesional, son elementos de importancia a considerar.
La formación profesional
Si consideramos que se nos va olvidando nuestra formación o nos parece que no tenemos la formación suficiente, es el momento de retomar los conocimientos perdidos. Existen muchos cursos que se pueden realizar online, incluyendo en esa formación el aprendizaje de nuevos idiomas y el manejo de nuevas tecnologías.
Buscar activamente un empleo
Seamos proactivos al momento de buscar nuevas oportunidades de empleo, la redacción, la buena presentación, los detalles tienen mucha importancia. Tenemos que recordar, ordenar nuestra experiencia laboral, nuestro más reciente empleo debe estar de primero y el primero de último. Tomar en cuenta que medios son los mejores en la actualidad para la búsqueda de empleos, que pueden ser plataformas como infojobs o linkedin, aunque a pesar de esto, es bueno tomar en cuenta las recomendaciones y nuestra red de contactos.
El cambiar de trabajo puede ser por el deseo de emprender y montar nuestro propio negocio, si esta es nuestra visión, siempre podemos realizar una búsqueda de asesores o gestores que nos brinden herramientas para alcanzar poner en marcha nuestro proyecto. De esta manera podemos minimizar el miedo a cambiar de trabajo.
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