Monotonía en el trabajo: ¿cómo nos afecta?

¿Qué es monotonía en el trabajo y cómo nos afecta?

La monotonía laboral está vinculada a la repetitividad y estancamiento de hacer siempre las mismas actividades sin tener alguna nueva que ofrezca mejor interés, desafío o estimulación. La ausencia de dinamismo se puede convertir en una característica de la monotonía, como un factor de apatía, estrés y aburrimiento en el trabajo.

La monotonía es muy común, y se menciona mucho en ambientes fabriles, en donde el personal obrero realiza las mismas actividades, una y otra vez, durante un largo periodo de tiempo. La rotación en distintos puestos laborales puede ser beneficioso, para que el obrero realice tareas distintas, con diversos niveles de complejidad y novedosas. Reorganizar funciones o tareas laborales contribuyen a disminuir o evitar la monotonía en el trabajo.

Repetir constantemente una tarea laboral puede ocasionar desmotivación en un empleado. La empresa donde este trabaja, puede verse afectada en su productividad, disminuyendo considerablemente. Es conveniente crear espacios dentro de la empresa, que le permita a los empleados innovar en sus labores. Sin embargo, durante este periodo los objetivos deben estar definidos por la misma empresa, ahora bien, la forma de alcanzar las metas es ya cosa de cada trabajador.

Es por esto que las empresas deben considerar implementar nuevos métodos que les facilite la labor de vencer la monotonía en el trabajo, ampliar programas de capacitación y desarrollar nuevos proyectos.

Cómo nos afecta la monotonía en el trabajo

Cuando existe la monotonía laboral, podemos echarle la culpa al entorno por ocasionar esta apatía, es ahí cuando se hace necesario realizar un trabajo introspectivo para hacerle frente. En algunos casos, la monotonía no es ocasionada por el trabajo o las circunstancias, sino más bien por la manera en la que se ejecuta un trabajo. Un ejemplo de esta situación sería, que una persona cambie de empleo y siga experimentando la misma sensación de monotonía. Es ahí cuando se logra entender que no es el empleo, si no uno mismo. Cuando esta situación se presenta, es importante enfocar la forma en la que se ven las cosas. El problema no será el trabajo, el problema se presentará en la actitud hacia el trabajo.

Sentirse en una zona de confort, en un plano laboral, puede brindar cierta seguridad y confianza a nivel emocional, aunque esto es un factor de riesgo al momento de afrontar sentimientos de aburrimiento y apatía. Por este motivo, se debe tener en cuenta, tener nuevos desafíos y metas por lograr. Así mismo, es importante alcanzar mejoras o nuevas relaciones.

Si la monotonía nos alcanza y se instala en nuestra rutina diaria, será muy sencillo caer en un entorno vicioso que puede ser peligroso. Caeremos en patrones de conductas como, mi trabajo no me motiva, me causa aburrimiento, y de estos patrones de conducta es difícil luego salir.

Cuando nuestra mente tiene una vida rutinaria, puede traer como consecuencia la pérdida de agilidad mental, es decir, nuestro cerebro se puede hasta atrofiar. Mantener activo nuestro cerebro es primordial para prevenir su prematuro envejecimiento. Si la rutina diaria es demasiado monótona, el cerebro funciona programado y en automático, conoce a la perfección lo que debe hacer el día a día sin que represente un esfuerzo extra. Esta situación hace que con el pasar del tiempo, nuestra mente pierda su agilidad.

Se debe tener en cuenta, evitar a toda costa que nuestro cerebro se enferme o se atrofie, hay que ofrecernos y proponernos nuevos quehaceres y retos diarios. La monotonía laboral puede ocasionarnos complicaciones en la salud como: 

• Ansiedad
• Angustia
• Estrés
• Pérdida de la creatividad
• Depresión
• Poca concentración
• Pérdida de memoria

La monotonía laboral puede afectar nuestro crecimiento en el trabajo y también a nivel personal, nos causa infelicidad, situaciones que no son saludables.