Los miedos son respuestas psicofisiológicas que surgen ante una amenaza (real o imaginaria) en un momento determinado. Su función es adaptativa si se regula adecuadamente y se vuelve a la calma al pasar el peligro.
Los miedos son respuestas psicofisiológicas que surgen ante una amenaza (real o imaginaria) en un momento determinado. Su función es adaptativa si se regula adecuadamente y se vuelve a la calma al pasar el peligro. Se vuelve patológico cuando se activa ante un estímulo que no representa peligro o permanece después de que este ha pasado.
Los miedos infantiles como emociones evolutivas surgen con el propósito de preservar el desarrollo infantil y son necesarios para la supervivencia de la especie. Los miedos pueden salvar a los niños de peligros reales.
En el primer año de vida los miedos más comunes son a los estímulos intensos o desconocidos como ruidos fuertes y personas extrañas. Desde los dos hasta los seis años de edad tienden a sentir miedo a la oscuridad, tormentas, catástrofes, seres fantásticos (brujas, monstruos), animales y a separarse de los padres. En la edad escolar surgen los miedos a ser dañado físicamente, enfermarse, a los accidentes, al bajo rendimiento escolar y a los conflictos entre los padres y familiares. En la adolescencia los miedos están referidos a las relaciones interpersonales, la autoestima y la identidad personal.
El miedo produce sensaciones desagradables como sudoración, taquicardia, temblores, dificultad respiratoria, dolor de estómago o cabeza.
Los niños necesitan expresar sus miedos y los padres pueden responsablemente proporcionarles herramientas para darles seguridad transformando sus temores y preocupación en confianza y optimismo.
En tal sentido, es recomendable:
- Demostrarles afecto y protección.
- Permitirles que compartan sus temores (hablar, dibujar, escribir, dramatizar).
- Acompañarlos a explorar lo infundado de sus temores.
- Enseñarles a relajarse.
Si a pesar de estas recomendaciones, persisten o aumentan los miedos, se evita de manera desproporcionada los estímulos relacionados con el miedo, surgen conductas ritualistas y/o hay deterioro en áreas importantes de la vida del niño, es necesario consultar a un especialista.
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